Su ingenio se agudiza para ver quien es el que llega antes, haciendo a sus dueños aligerar el paso precipitadamente.
La gente les mira con asombro, más de una sonrisa burlona se para a contemplar la escena, otros temerosos de su fogosidad, aligeran el paso.
El amor ilumina aquel rincón, y hasta el sol que cansado y perezoso está a punto de esconderse,se muestra complacido.
A su lado, los dueños sonríen divertidos.
El amor es irresistible.