Amos Oz. Ya hablé sobre él alguna vez aquí. El hombre al que muchas veces en la vida lo llamaron traidor. Una hermosísima lectura en el Babelia del sábado pasado. Ideal para leer como, era mi caso, sobrevuela uno el continente. Hay lecturas que nos buscan. Y hay lecturas que hemos de hacer, forzosamente, en un avión.
Disfrútela lector. Es difícil no dejarse llevar por la nostalgia, en estos tiempos de estúpidos patrioterismos:
"Hoy, todo el mundo es europeo, y el que no lo es está
haciendo cola para serlo. Hace 80 ó 90 años, los únicos que eran auténticos
europeos eran los judíos como mis padres. Todos los demás eran patriotas
búlgaros, patriotas irlandeses, patriotas noruegos... Los judíos eran europeos
devotos. Eran poliglotas, les encantaba que hubiera historias distintas, y los
legados literarios, y los tesoros artísticos y, sobre todo, amaban la música. Y
amaban los paisajes, los prados y los bosques, los torrentes y los bosques
nevados, los estrechos callejones de las ciudades antiguas, las universidades y
los cafés. Pero Europa nunca les quiso a ellos. Por ser genuinos europeos les
tacharon de "cosmopolitas", "parásitos",
"intelectuales sin raíces" [...].
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