Análisis: Might & Magic - Clash of heroes

Seguía teniendo mono de Heroes después del varapalo que me llevé con Heroes of Might & Magic VI, juego que desinstalé cansado de perder partidas en "la nube" y de pegarme con el interfaz horrible de UPlay,  así que cuando vi Clash of Heroes rebajadérrimo en las ya lejanas de Steam, me lo compré de cabeza, no sin antes cerciorarme de que se podía jugar sin instalar Uplay. Que uno es tonto,pero sólo la primera vez. 

He de decir, antes de comenzar a hablar de Clash of Heroes, que ya había probado su versión de DS, que lleva ya tiempo en el mercado. Pero como sabréis todos los que habéis poseido una, la oferta de juegacos era tal que, al mínimo atasco en cualquier juego, se pasa a otro porque hay demasiado a la cola. Y eso me pasó a mí, aunque me he redimido con la versión de PC.
Estamos ante una especie de Spin-off de la saga numerada, que conserva el estilo general del universo Might  & Magic, con sus civilizaciones y razas con sus características especiales, sus intrigas entre reinos y demás, pero que difiere totalmente en lo que a dinámica jugable se refiere: Olvidáos de los combates estratégicos por turnos en rejillas tan característicos de la saga. Clash of Heroes es una curiosa pero efectiva mezcla de puzzle, RPG y estrategia, que sorprende tanto como engancha.

El combate, que ocupará la mayor parte del tiempo que le echemos al juego, se presenta de la siguiente forma: Luchamos contra un oponente, que se situará en la parte superior de la pantalla, y contamos con una serie de movimientos por turno. El objetivo es ir alineando nuestras unidades, generalmente en grupos de tres, para que se activen y ataquen al oponente, que tratará de hacer lo mismo con las suyas. También podemos transformar a nuestras unidades en muros, para evitar que las unidades enemigas nos dañen, y tendremos varias formas de combinar unidades, pudiendo combinar varios grupos atacantes entre sí para que sean más poderosos, o incluso fusionarlos en uno sólo. 
Todo esto, que parece un lío, resulta bastante intuitivo una vez nos ponemos a jugar. La curva de aprendizaje es bastante buena, y pronto dominaremos las técnicas más complejas y utilizaremos las unidades más poderosas de la facción a la que manejemos. Por si fuera poco, cada personaje que encarnamos en el modo historia posee una habilidad especial que podremos ejecutar cuando se llene el nivel de energía. Aunque no todas estas habilidades son igual de efectivas, se puede decir que resultan cruciales en los combates más difíciles del juego. Y hay unos cuantos.
En cuanto a la historia en sí, hay poca cosa que contar. Estamos ante el clásico conflicto de civilizaciones constante que tienen que unirse para hacer frente a un enemigo temible: en este caso una invasión demoniaca. El juego está dividido en cinco campañas, en las que podremos probar las distintas facciones: Elfos, Imperio, No Muertos, Demonios y Academia, encarnando a los distintos herederos adolescentes de los reinos que, por distintas causas, tienen que solucionar el embrollo de los demonios ellos solitos. Cada campaña cuenta una pequeña parte de la historia principal, que aunque tampoco es apasionante, si que cumple y nos proporciona una excusa argumental para ir avanzando con nuestro personaje.

Cada mundo está representado por una serie de caminos, al estilo del mapa de Mario World, e iremos avanzando por ellos, provocando diferentes eventos, que normalmente serán combates. También encontraremos edificios para comprar distintas unidades, y podremos realizar algunas quests secundarias para subir de nivel y conseguir artefactos que mejoren las cualidades de nuestro ejército. Es muy recomendable no saltarse ningún combate ni quest, ya que toda experiencia que podamos acumular nos será muy útil para afrontar los combates más complejos.
Dependiendo de la facción que controlemos, tendremos acceso a distintas unidades, la mayoría viejas conocidas de la saga. Por ejemplo, si manejamos al Imperio, tendremos a nuestra disposición Arqueros, Lanceros y espadachines como unidades básicas, y después podremos conseguir caballeros, curanderas. Más adelante tendremos acceso a las unidades de nivel alto: Grifos, Ángeles y maestros de la espada. Las unidades se estructuran en básicas, que ocupan una casilla, avanzadas que ocupan dos y legendarias, que ocupan cuatro casillas. Tendremos la opción de elegir que unidades equipamos, pudiendo reclutar tres unidades básicas, y dos adicionales a elegir entre las avanzadas y las más poderosas. Podemos cambiar esta configuración en cada momento para adaptarnos a cada batalla.
Una de las cosas buenas que tiene este Clash of Heroes es que se esfuerza en proporcionarnos variedad dentro de su sistema de combate. Aunque la mayoría de las batallas nos enfrentan a un oponente clásico, y nuestro objetivo será reducir sus puntos de vida a cero, en otras ocasiones tendremos unos objetivos menos ortodoxos. Por ejemplo, en uno de los combates tenemos que pulsar tres botones de colores en un orden determinado utilizando nuestras unidades, o en otro tendremos que destruir unos cañones que dispararán contra nosotros cada turno. Situaciones novedosas que hacen que el juego no caiga casi nunca en la rutina.

Diferencia gráfica entre PC y NDS

Durante el transcurso de la historia, reclutaremos a compañeros que nos seguirán durante el juego, y los desbloquearemos como personajes jugables para el modo multijugador. Así mismo, en cada capítulo podemos encontrar una unidad secreta (aunque no son difíciles de encontrar) que deberemos encontrar para desbloquear en dicho modo. Normalmente bastará con realizar una quest secundaria para descubrirla, pero siempre viene bien tener algo de contenido opcional. Existen también multitud de artefactos a encontrar que mejorarán sustancialmente a nuestro héroe o a su ejército, aunque, al igual que las unidades secretas, son sencillas de encontrar.
En resumen, Might & Magic: Clash of Heroes es un buen juego, que engancha sobre todo por su original sistema de juego, al que podremos jugar durante horas sin cansarnos. El resto de los aspectos del juego sólamente cumple, aunque tampoco son de importancia vital en un juego de estas características. La historia es decente, y, aunque el desarrollo de la misma flojea al final, nos hará seguir jugando e ir superando los distintos retos. 
Nota: 7