
La azarosa vida del autor, fue agente de la KGB entre otros oficios, parece que le llevó a convertirse en escritor, aunque sin especificar ninguno de los actos que se podrían relacionar con una biografía tan plagada de sobresaltos.
De hecho, aunque nadie lo aclare en la novela, el entorno de la Guerra Fría es patente y se deduce a través de algunas de las decisiones de Viktor, escritor de estelas y padre adoptivo del pingüino Misha. Lo que comienza casi un cuento infantil se va tornando en una trama algo más complicada, repleta de violencia y con guiños constantes que provocan cambios en el protagonista. Se lee fácilmente e invita a averiguar las consecuencias de las acciones de unos y de otros. Interesante propuesta para entender una época histórica elogiada por los de siempre y criticada por los que tienen dos dedos de frente.