Ángeles desterrados, de Anabel Botella

Ángeles desterrados
de Anabel Botella
Ángeles desterrados es la primera novela publicada de Anabel Botella, bloguera y administradora de La ventana de los libros.
Siempre es difícil hacer la reseña de la novela de alguien a quien conoces, de modo que intentaremos (y digo intentaremos en plurar porque aunque yo, Selene, escriba la base, Maik aportará su granito de arena a la reseña) ser lo más objetivos posible y destacar tanto las cosas buenas de la novela como las malas.

Hay amores que son inmortales, que traspasan todas las barreras del tiempo y del espacio. Keilan lo sabe. Ha esperado a María durante siglos. Ahora dispone de una semana para que ella recuerde quién es… quiénes son:Ángeles desterrados sobre los que pesa una terrible maldición.

El gran gancho de la novela son sus personajes. María no es para nada la típica protagonista juvenil. Para empezar, procede de una familia gitana, algo para nada común en la literatura juvenil nacional, que demasiado habitualmente se acerca más a la realidad norteamericana que a la nuestra. Lo mejor de la historia es, de hecho, su gran realismo (dentro de la trama fantástica, claro). Los nombres son puramente españoles, al igual que las ciudades que aparecen a lo largo de la novela. Además, la autora ha querido reflejar la realidad de Águilas, en pueblo murciano donde empieza la historia, y la forma de hablar de sus habitantes.
Sin embargo, María tiene algunas lagunas, como que sea tan diferente de su familia (sobre todo en la forma de hablar, porque por mucho que haya sido un ángel, eso no implica que hable distinto a como le han enseñado en esta vida). Keilan, por su parte, es un personaje complejo e interesante, pero aunque no chirría individualmente, pues tiene razones para hacer todo cuanto hace, sí chirría su relación con María. Demasiado previsible, demasiado fácil. Keilan no tiene otro objetivo que reconquistar a María, pero dado que esta no lo sabe, debería haber disimulado al menos. A mí me hubiera resultado sospechoso que alguien se ofreciera a llevarme en coche donde quisiera, sin condiciones. Es cierto que al haber estado enamorados en el pasado la cosa no se hace tan complicada, pero se echan en falta algunas páginas más de desarrollo de la relación.
En cuanto al estilo, Anabel tiene una forma de narrar sencilla, sin ornamentos ni frases incomprensibles. Simplemente se deja llevar por la historia y lleva al lector fácilmente por ella. A mí, personalmente, me ha faltado alguna descripción y me ha sobrado alguna otra demasiado repetida a lo largo de la novela (como el color de pelo de María). 
Otro punto a favor de la novela son los diálogos, especialmente entre Keilan y María, la pareja protagonista. En su mayoría son diálogos divertidos, con chispa, por lo que siempre resultan bastante amenos de leer.
No me he sentido atrapada por la historia, aunque el ritmo es ágil, potenciado por la acción casi constante y la aparición de personajes secundarios, realmente muy logrados. De hecho, como he dicho, los personajes son uno de los puntos fuertes, y no sólo los protagonistas: los secundarios están bien dibujados (unos más que otros) y crean interés, algo importante para evitar una novela lineal.
En definitiva, Ángeles desterrados es una novela entretenida, ágil y que sin duda alguna conquistará a los más románticos. Para nuestro gusto, habría quedado un poco mejor desarrollada con unas cincuenta páginas más, pero lo bueno que tiene su extensión es que no está llena de párrafos aburridos y repetitivos como la gran mayoría de las novelas de juvenil romántica que se publican últimamente.
Historia: 
Personajes:  
Estilo:  
Ritmo:  
Opinión: 
Lo mejor:  Los personajes. 
Lo peor:La historia de María y Keilan se hace previsible.
(con Maik como estrella invitada)