DESCOLORIDOS
Palabras, sólo palabras yermas, crisis de discursos en un desfile de ostentación.
Charlatanes materialistascon su puritanismo hipócritaque usan el lenguajey su prima no sufre riesgos.
Demagogia declarada sin pudor,azules contra rojosdescoloridos, arrugados. Ricos tan pobres en respeto como pobres ricos en pobreza.
Descoloridos sí,pero comen todos los diassin ensuciarse las manos.
Raúl Cerdeño
EL TABERNERO
Viendo la tele en el sofa tirado
cinco minutos, y he visto un circo.Me causa un profundo desagradover a esta chusma de telecinco.Ya en tiempos del imperio romano,alimentaban a los leones hambrientos soltándoles un grupo de cristianos para pasar un rato de divertimento.Ahora en plan moderno y para todos,nos montan un espectáculo con morbo.Peleas a deguello con esos lobos,que en otros lares serían un estorbo.Esos desechos, no son más que flojos,y la sociedad, es quién les alimenta.A mi me produce verguenza y sonrojoque se pongan a exhibir sus cornamentas. Reconozco que tambien me causa penasaber que mucha gente les admira,y que les gusta ver esas escenasdonde cualquier pringao cuenta su vida.Qué coño me importa si un torerose lo monta con una cupletistasi soy un desinformado taberneroy para mi esas historias son surrealistas.No consigo ver dónde está lo divertidoen desgüazar el alma y los recuerdos.Pero hay quién lo considera entretenido,y otros, estamos totalmente en desacuerdo. En esta España de folklore y pandereta,de toreo y absurdas tradiciones,somos los únicos de este planetaen el arte de rascarnos los cojones.Por eso hablo de la gente que les sigue.
A ver si sirve de llamada de atención,o al menos les anima a que investiguenque hay cosas mejores que la televisión.Sino, qué va a ser de esta juventudque acostumbramos desde niñosa escuchar los gritos y ver esa actitudde quien debe estar tan falto de cariño.Van a pensar que lo importante es el dinero,por el mal ejemplo que les estamos dando.Y aunque os lo diga un sencillo tabernero,dar por seguro que no me estoy equivocando.
Desde luego si seguimos siendo tan cotillas,
y no paramos de dar esta imagen maleducada,como no callemos a los de las banderillas,sólo vamos a ver incultura televisada. Además, cada vez me da más grima y perezaque en lo que siempre fueron las noticias,ahora se mezcla sin delicadezacualquier chorrada con tal de ser primicia.Se pierde la naturalidad con todo guionizado,
y lo que es triste es la indiferenciaa quien se lo tiene bien curradoen favor de quien habla sin coherenciay en su curriculum figura gran hermano.Famosos de pacotilla como oficio,algo muy típico en el mundo hispanoque en vez de trabajar prefiere vicio.
Raúl Cerdeño
CON EL SANTO AL CIELOEsta es la historia fabulosaque una noche de veranome ocurrió con una diosaen un desierto africano.Yo era un león solitarioen busca de compañera,y me encontré un santuariocon palmeras datileras.Allí, nadie había rezando.Pero si ví un botellón,y algunos seres bailandocon caras de satisfacción.Parecía surrealista.Una escultural leonaque debía de ser turista y tocaba una pianola.Dos gorilas macho copulandoal ritmo de los Ramones,y una girafa mirandose rascaba los cojones.Estaba desconcertado,de repente una panterame llevó hasta un reservadoen actitud zalamera.Y la música paró.La leona, que era fieradejó la pianola y saltóal cuello de la panteraque estaba con un juguete.En esto que la panteraque chupaba del chupetese puso frente a la fieraque venía a por su macho.Y se lío una tangana...que me fuí sin pillar cachoy entre las piernas, las ganas.La gata negra salió por patas.Un elefante rockerodisfrazado de pirata,estaba en un fumaderocon dos guapas cebras rayadas,y yo me largué con ellosque se partían a carcajadas.También había un camello,con las jorobas cargadas.Y montaron una orgíaasí por toda la cara. Menuda fotografía,la cebra vieja chupaba la trompa del elefante,y el camello se rayabacon la otra principiante.Yo de voyeur y fumando,de la leona me había olvidado.En realidad estaba flipando,menudo globo me había pillado,y llevaba un buen ratosin darme cuentaque estaba en un atascoen la eme treinta.De repente, un picoletoentro en el coche pegando gritos,era uno de esos analfabetosque pelotean a los señoritos.Que coño hace aquí parado.Mire usted señor agente,es que me he despistadocon un atasco con tanta gente.Cuando me quedo dormido,normalmente me desvelo.Pero no se qué ha ocurridoque se me fue el santo al cielo.Déjeme ver sus papeles.Mire usted señor agentele regalo unos pasteles no se me ponga impacientevera como si los prueba,se olvida de mi despiste,se larga a las datileras,y deja de estar tan triste.Resulta que mis pastelesllevan dentro una sorpresade marihuana y placeresque no le dan en su empresa.Yo me comí un pastelitoal principio del atascoy eso no es ningún delito.Pase mi falta por alto
que ya tuve mi castigo.
Yo estaba en el paraísocuando llego un enemigoasustando de improviso,¿No es suficiente sanciónpara un ciudadano modeloque por una confusiónse fue con el santo al cielo?Raúl Cerdeño.