Ansiedad, angustia y pánico: Anticipación del futuro sin control

Publicado el 06 agosto 2013 por Niños

La ansiedad es un sentimiento de miedo, desasosiego y preocupación. Es una emoción más dentro de todo nuestro repertorio, como lo son el miedo, la ira, la tristeza… Sin embargo, cuando es demasiado intensa, se convierte en una fuente de sufrimiento que es necesario controlar.

La ansiedad forma parte de la condición humana y sirve para afrontar situaciones de peligro o riesgo. Por ejemplo, frente una situación de alerta real como cualquier persona en su primer día de trabajo, el organismo reacciona para estimular la capacidad de atención, concentración, memoria, los reflejos y cualquier respuesta que sea necesaria potencialmente en ese primer día de trabajo, ¿cómo lo hace nuestro organismo? Lo hace de forma innata, por instinto, poniendo a funcionar el sistema nervioso y liberando sustancias como la adrenalina o la dopamina que nos predisponen a reaccionar. Desde este punto de vista, la ansiedad se considera una señal positiva, de salud, que ayuda a resolver peligros o problemas puntuales de la vida cotidiana. Sin embargo, cuando percibimos como peligrosas situaciones que en principio no lo son, cuando la ansiedad aparece con demasiada frecuencia ante demasiadas situaciones en principio neutras, cuando las respuestas que damos son desproporcionadas por la angustia percibida, es ahí cuando la ansiedad deja de ser una emoción normal y se convierte en un problema.

La ansiedad tiene una función muy importante relacionada con la supervivencia, para preservar su integridad física ante amenazas el ser humano ha tenido que poner en marcha respuestas eficaces y adaptativas durante millones de años: huir, luchar o evitar; el problema viene cuando esas mismas respuestas las ponemos en marcha frente a situaciones que no requieren de tantos recursos y que no implican un riesgo real para nuestras vidas, el problema es cuando nos activamos así frente a problemas cotidianos o preocupaciones circunstanciales.

¿Cuáles son los síntomas más comunes de la ansiedad?

Cuando sufrimos ansiedad podemos tener síntomas muy diversos pero con una misma estructura ya que la ansiedad genera síntomas a tres niveles: en primer lugar a nivel cognitivo aparecen pensamientos displacenteros, preocupaciones que sobrevienen repentinamente a la cabeza y no podemos dejar de pensar en ellas; en segundo lugar se activa el sistema nervioso periférico provocando diversas sensaciones en nuestro cuerpo que nos desagradan y, en tercer lugar y como consecuencia comportamientos poco adaptativos, como por ejemplo salir huyendo de determinadas situaciones o, directamente, evitarlas.

¿Han aumentado los problemas de ansiedad en los últimos años?

En la actualidad se estima que más del 20% de la población mundial sufre algún problema de ansiedad, un tema que ataca especialmente a las sociedades avanzadas modernas, un instinto básico como la ansiedad se ha desarrollado como algo patológico y se ha multiplicado por el tipo de vida que llevamos, donde el centro de nuestra atención recae en el futuro y no en el presente. Por eso encontramos con frecuencia personas con trastornos de ansiedad, que tienen consecuencias negativas y muy desagradables para quienes lo padecen, el más común  es el trastorno de ansiedad generalizada, la ansiedad se vive como un miedo difuso, sin conocer bien la causa y con deseos de huir, de escapar. Esta ansiedad es resultado de los problemas a los que se enfrenta la persona en su vida cotidiana, y sobre todo de la interpretación que hace de ellos. Las personas con ansiedad generalizada tienen sensación de ansiedad constante, una preocupación excesiva por todo, especialmente por el futuro, un estado de desmoralización y apatía, desgana, episodios depresivos y síntomas físicos como la inquietud motora, taquicardias, presión en el pecho, insomnio, problemas gastrointestinales…son personas que nunca viven tranquilas, todo es un problema.

 ¿Todos tenemos el mismo riesgo de padecer ansiedad?

En principio toda persona expuesta a una situación estresante puede llegar a padecer un problema de ansiedad, sin embargo hay personas que la sufren sin que en apariencia exista una circunstancia que lo justifique, en general la encontramos en personas que tienden a anticipar constantemente qué va a ocurrir en el futuro, tienen la necesidad de controlar todo lo que les sucede y tener todo bajo control, además la tendencia que muestran es negativa en cuanto al presente y al futuro, cualquier contratiempo se vivencia como algo insalvable o con unas repercusiones desastrosas, son personas que se preocupan en exceso por todo lo que les rodea y con mucha frecuencia sienten indefensión, es decir, hagan lo que hagan no pueden cambiar el rumbo de las cosas o no pueden conseguir lo que quieren, esta sensación de incapacidad es producto de lo que conocemos como locus de control externo, es decir, cuando atribuimos la responsabilidad de lo que sentimos o de lo que nos sucede fuera de nosotros, son típicas las expresiones: “No tengo buena suerte”, “Las situación es demasiado complicada”, “Me siento mal porque me han hecho daño”, etc. Son esas personas sufridoras que todos conocemos y a los que la vida les supone un esfuerzo tremendo.

¿En qué consiste un ataque de pánico?

Los ataques de pánico son la expresión en mayúsculas de la ansiedad. La persona que sufre un episodio de pánico se siente súbitamente aterrorizada sin una razón evidente. Tiene síntomas físicos muy intensos: taquicardia, dificultad para respirar, mareos, miedo a salir de la casa, hipertensión, dificultad para respirar. La persona siente que está en peligro de muerte inminente y tiene una necesidad imperativa de escapar de la situación en la que está. Experimentar un ataque de pánico es una terrible experiencia que suele conllevar a que los que  las sufren limiten sus conductas y dejen de realizar actividades que antes hacían de forma cotidiana. Muchos de estos son los pacientes que acuden a urgencias con cierta frecuencia por miedo a estar sufriendo un ataque al corazón.

www.psicopericial.com