En relación a este post humorístico, me gustaría compartir con ustedes una reflexión respecto al tema de las críticas que a menudo recibimos como padres acerca de nuestras elecciones.
Complemento mis ideas con las de Scott Noelle, quien muy gentilmente me ha permitido traducirlas y publicarlas en Amor Maternal.
Como dice uno de mis tíos, "hagas lo que hagas, te criticarán, así que haz lo que te parezca mejor sin hacer caso de lo que digan los demás". Una de nuestras lectoras, decía algo similar en Facebook cuando preguntamos qué cosas eran indispensables tener cuando uno se prepara para recibir a un hijo, nos recomendó comprar tapones de oídos para no escuchar los consejos que nos lloverán encima, y todos concuerdan en que lo mejor es escuchar nuestros instintos...
Pues bien, no dudo de que todos los padres recibamos recomendaciones, al fin y al cabo una mujer embarazada es como un imán de consejos, sin embargo creo que al estar criando a nuestros hijos de una manera diferente a la mayoría, con apego, respeto, sin castigarles, amamantando a demanda, colechando, etc. nos hallamos demasiado a menudo dando explicaciones de por qué criamos de esta manera. Como he comentado en anteriores ocasiones, muchos de esos consejos son bienintencionados y vienen de personas que se preocupan por nosotros, otros vienen de extraños en la calle, el super, el parque, que se creen con derecho a opinar.
Muchos de nosotros damos explicaciones con la intención de enseñar a los demás, porque al fin y al cabo, muy probablemente ni sabíamos que existían estas opciones antes de devenir padres, a menos de que hayamos tenido la fortuna de haber sido criados así. Por ello, tenemos la intención de dar a conocer a otros padres lo que nos ha funcionado bien con nuestros hijos. Esto puede ser positivo cuando alguien ha expresado curiosidad y estamos simplemente compartiendo información. Sin embargo, nos dice Scott que es mejor no dar explicaciones cuando intentamos justificar el por qué de nuestras elecciones parentales.
"Al justificarnos, estamos de cierta manera entregando poder al otro. Esto implica que necesitamos la aprobación de los demás. Por otra parte aminora nuestra auto-confianza y nos distancia de nuestra guía interior y nuestro instinto."
"La necesidad de explicarnos y justificar nuestras decisiones está basada en la necesidad de tener razón. Sin embargo, si nuestras elecciones parentales son correctas, y la otra persona está criando de otra manera, entonces él o ella 'ha de estar equivocado'. Una vez entrado en el modo correcto/incorrecto, el conflicto y la tensión interpersonal se tornan inevitables." refiere Scott.
"En lugar de darle explicaciones a los demás acerca de nuestras decisiones parentales, podemos más bien recordarnos a nosotros mismos en silencio que esas elecciones son las adecuadas para nosotros, y nuestra propia aprobación es la única que realmente necesitamos."¿Qué opinan? Cuando han entrado en alguna discusión como la que comentaba jocosamente Jenny Lawson, ¿han logrado en algún momento convencer al otro de su posición? ¿En qué 'modo' estaba el otro cuando sí han logrado convencerlo? Ocasionalmente las personas critican por criticar, sin verdaderas intenciones de oírnos, nuestras razones, ponerse en nuestros zapatos, etc. otras pocas vienen receptivos buscando aprender, o al menos abiertos a comprender nuestras maneras :)
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