Antes de cerrar la maleta

Publicado el 09 septiembre 2012 por Davidsaavedra21
Dicen los sabios que la vida es un camino, y hay ciertos momentos en los que se presenta ante ti una bifurcación. Llegados a ese punto debes escoger, otras veces te ayudan en la elección final,  entre dos o más senderos, sin vuelta atrás. 

Si tuviera que elegir la primera ocasión en la que esto me ocurrió, me situaría en mi tierna infancia, justo en ese momento en el cual las actividades extra-escolares empiezan a aflorar. La decisión estaba entre clases de fútbol y clases de inglés. casi cualquier niño hubiera optado por la primera. Afortunadamente, mi madre fue la primera en darse cuenta que dadas mis calamitosas dotes con un balón en los pies, a poco que acertara a decir el abecedario en inglés; mi nivel en idiomas superaría con creces al futbolístico. Eso sí, años después me adentré (por genes paternos) en el mundo del tenis. Y una vez llegados a este punto, estoy a punto de iniciar una nueva etapa en tierras irlandesas. Pero como una cosa no quita la otra, antes de buscar piso ya he localizado un buen pub donde poder ver los partidos del Real Madrid.  Hagamos un fundido en negro, y trasladémonos a aquellos maravillosos años pre-universitarios. Esos en los que una barba incipiente empieza a recordarte que debes comenzar a decidir que querrás ser de mayor; una vez que has dado por imposible ser astronauta, futbolista o estrella del rock. En esta ocasión la señal del camino indicaba dos opciones, periodismo o ingeniería informática. Cualquier parecido que podáis encontrar entre ellas es pura coincidencia. En esta ocasión opté por lo menos romántico, y cambié el papel y la pluma por un ratón y un teclado. Y una vez llegados a este punto, estoy a punto de iniciar una nueva etapa en una empresa tecnológica. Pero como una cosa no quita la otra, antes de meter el portátil en la maleta estoy escribiendo esta parrafada.  Bueno, como no pretendo que esto sea "érase una vez Saavedra", dejo aparcadas mis memorias para otro momento. Simplemente quería poner en antecedentes a aquellos que no sepan de que va la historia (mea culpa si no he podido contarlo en persona antes de zarpar). El verdadero motivo de estas líneas es despedirme dignamente de mi gente, pero no voy a dar nombres; una lista de convocados siempre es injusta y no quiero caer en ese error. Si todavía estás leyendo esto, y no se te han pasado ganas de cerrar la ventana, ten por seguro que estás convocado. Justamente esa lista de personas, que han poblado mis casi 24 años de vida, es lo que más echaré de menos cuando suba al avión.  No voy a esgrimir aquí las razones de mi marcha, porque basta con poner los telediarios para encontrarlas. Eso sí, por mucho que el señor de las cejas y el señor de las barbas, se hayan empeñado en calificar mi generación como "perdida", estoy convencido de que eso no es cierto. Me niego a aceptarlo, no se puede perder un partido sin tocar el balón. Eso sí, resulta curioso ver como antes eran "otros" los que venían a nuestro país a "quitarnos el trabajo", y ahora somos "nosotros" los que vamos a otro lugar a "buscar un futuro". Conviene reflexionar sobre ello para no perder la perspectiva de las cosas, porque ni soy el primero ni seré el último que coge la maleta.  Resumiendo, que esto no es un adiós, es un hasta luego. Que no me voy al fin del mundo, a poco que los de Ryanair le pongan un poco más de combustible a sus aviones te haces un Dublín-Madrid en dos horitas. Que cambio la ciudad del vino por el país de la cerveza, el caso es tener algo fresquito que echarse a la boca. Que seguiré dando el coñazo para que visitéis "El Bazar de Saavedra". Que seguiré celebrando los goles de Higuaín como los de Raúl. Que como este año la Navidad cae en diciembre, estaré pronto de vuelta. Que ya no me podréis dar la brasa cuando se os joda el ordenador. Que si viviendo en España mi color de piel era como el de Iniesta, cuando lleve allí unos meses, él a mi lado parecerá Kunta Kinte. Que ya tenéis un nuevo lugar que visitar. 

Que se os quiere un montón.