Comenzamos con uno de los espacios olvidados frecuentemente a la hora de afrontar la reforma de nuestra vivienda: los distribuidores, o comúnmente llamados "pasillos".
Un espacio de paso, de cambio, de transición. Umbral que nos prepara para llegar de una estancia a otra.
A pesar de intentar que las nuevas distribuciones interiores de tabiquería que realizamos reduzcan al mínimo la superficie de estancias de paso hay veces que es imposible eliminarlas en su totalidad.
Ésta vivienda es un ejemplo de ello. La superficie de la misma hacía necesario la presencia del pasillo.
No buscamos salir del paso sin afrontar el problema y tratamos de darle personalidad a la estancia dándole un carácter "teatral".
Un color oscuro en las paredes, en contraste con puertas lacadas en blanco.
Una escultura que sirviera de punto focal al final del pasillo, junto con un radiador vertical que casi parece una puerta más.
Una iluminación en dos niveles que se pudieran utilizar independientemente:
Una candileja superior con iluminación continua en el techo.
Una iluminación tenue en la parte inferior de las paredes, cerca del suelo.
Todo ello con la finalidad de que éste gran olvidado que es el pasillo pase a ser uno de los protagonistas de la vivienda.
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