¡Hola liad@s! He tenido la suerte de participar en la antología benéfica Durmiendo entre ángeles. La que tuvo esta genial idea fue Ainhoa de Noa en el baúl de los sueños. Todo lo recaudado irá a la asociación de Síndrome de Angelman.
Yo aporté el relato Pide un deseo. Te puedo asegurar que no será el mejor relato. No es falta modestia o inseguridad, es la realidad. Lo escribí con mucho cariño y tiene una historia detrás que para mi lo hace muy especial.
Al despertarme una mañana recordé un sueño que fue fantástico. Como era aficionada a interpretarlos, me puse rápidamente a escribirlo, antes que se me olvidara. Para mi sorpresa no lo terminé en una noche. Fueron como siete folios escritos a mano.
Durante esos días, no podía dejar de pensar en eso. Por la noche, en vez de escribir mi aburrido diario, me divertía plasmando en papel mi sueño. Casi podía poder volver a vivirlo y lo veía con todo lujo de detalles.
Cuando terminé de escribirlo me dio bastante pena. Por una parte se acababa el juego y por otro lado había descubierto una forma de disfrutar. No era la primera vez que escribía. Desde los 12 años escribía los típicos poemas de adolescente.
Intenté releerlo y no me apetecía interpretarlo. Me di cuenta que era una historia con significado propio. Tenía la presentación, nudo y desenlace. Además a mi personalmente me gustaba.
No recuerdo muy bien si fue en el 2001 ó en en 2002. Sí, era muy pequeña. Lo guardé en una carpeta y no sabía que hacer con ella. Ya sé que puede parecer imposible, pero en esos años no teníamos móviles inteligentes, ni un pc en cada casa.
Con el tiempo un alguien a quien quiero mucho enfermó. Como buena andaluza, a pesar de ser agnóstica, hice una promesa. Si esa persona se recuperaba lo mandaría a una revista que esa persona me traía cada fin de semana.
Había una sección donde pedían un texto de folio y medio, con una foto y tus datos personales. Como tuvo mejoría, lo mandé. A lo varios meses recibí una carta de la revista. Dentro estaba mi relato con muestra de ser muy leído y una carta para mi.
En él me decían que no lo podían publicar porque era demasiado extenso, normal. También hubo unas palabras que quizás fue solo un cumplido, pero a mi me emocionó: “Tiene calidad literaria”. Y me animaban a seguir escribiendo.
Con el tiempo hicieron un blog y es posible que mi relato fuese publicado ahí. Como no tenía internet, nunca lo sabré. Fue en el inicio de cuando todos los periódicos y revistas empezaron a publicar en la red.
Ese fue el inicio de que empezase a guardar relatos, a intentar publicarlos y que ahora esté aquí. He intentado corregirlo, pero perdería frescura. Es una historia la viví en primera persona y era un ángel quien venía a concederme un deseo.
Por eso creí que era perfecto para esta antología. Ni era, ni soy escritora, pero si con mi relato puedo poner un granito de arena para ayudar, ¡Encantada! Ahora eres tú, el que te animo a que ayudes adquiriendo el libro. Igual se te concede un deseo…
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