Antón, Antón,
Antón Pirulero,
cada cual, cada cual
que aprenda su juego,
y el que no lo aprenda,
pagará una prenda.
No voy a escribir nada sobre viejas canciones infantiles populares, sólo comentar que confieso haberla cantado en mi pueril inocencia, animado por personas cuya ausencia y sabiduría añoro en silencio. Dudo de si el antiguo soy yo o si mi infancia se desarrolló en algún remoto lugar anclado a otro siglo. Quizás esa lejanía, haya hecho que un mensaje tan claro que se enseñaba a los niños desde pequeños, se haya olvidado.
Digamos que esta es la versión infantil de La Vida es Sueño (fragmento) de Calderón de la Barca, en la que cada uno tiene que desempeñar el papel que le ha tocado y en perpetrarlo haya su consuelo, en esta vida de pesadilla o de ensueño.
Por ello me produce estupor cuando la gente se rasga las vestiduras porque los espías, espían. ¿A dónde vamos a llegar? ¿Desde cuándo hay cubos de basura en los que no se puede husmear? Bueno el mío puede que sea espiado también en contra de cualquier principio constitucional, la diferencia es que no van a encontrar nada interesante en él. Incluso algunos se azoran cuando descubren que han sido espiados, a escondidas…Eso me hace pensar que hay gente que recibe inspecciones de trabajo o auditorías económicas de las que se anuncian con bombo y platillo y que más que buscar trapos sucios van a buscar su parte del botín.
A nadie le debe extrañar que un espía haga su trabajo, del mismo modo que una puerta abierta es una invitación a entrar, una cerrada anima a enterarse del color de las habas que se cuecen dentro.
Así pues, para el que se rasgue las vestiduras que cante un poco del Antón pirulero, y que observe como cada uno aplica su oficio. Los espías, espían; los políticos, engañan; los banqueros, roban; los empresarios, explotan; los periodistas, airean; los religiosos; reprimen. Y los que carecen de cerebro lo mismo cazan Sijs, que personas de otra nacionalidad.
Y para que no se diga que me excedo en mi desanimada misantropía dejo una obra de arte para que sea disfrutada, hallada por casualidad, gracias a que un día me enseñaron con una canción infantil que de nada sirve escandalizarse por que una persona haga aquello para lo que ha sido entrenada, por que los pájaros canten al amanecer o que en pleno estío en Écija se superen los 40 grados a la sombra o que dónde no hay mata, no hay patata.
Os dejo con la Vida es Sueño, yo por mi parte me echaré una siesta.
keagustitomekedao