Revista Literatura

Anulación en una mañana de verano rumbo al esclarecimiento de las cotidianidades que deparan en mutismos, francas alegorías o simulacros de escritura

Publicado el 25 noviembre 2010 por Tuky @Tuky
No tengo ni idea de qué escribir hoy.
Recién lavé el cenicero lo envolví en un repasador y lo dejé arriba de la mesa. Me fui a servir un café y me lavé las manos porque obviamente, desbordé la taza.
Con las manos mojadas volví a la mesa, agarré la tela para secarme y zas!! el cenicero se hizo añicos en el suelo.
Podría escribir de las cosas que se rompen y cambian su estado natural. Ah! no, cierto que ya escribí de un vaso roto.
Me gustan los colores de mi gata, parecen los colores de un hurón.
Anulación en una mañana de verano rumbo al esclarecimiento de las cotidianidades que deparan en mutismos, francas alegorías o simulacros de escrituraAyer me contó la dueña de un hurón, que su mascota le come el jabón del baño. Mientras ella hablaba de llevarlo a la veterinaria para ver qué le podía hacer comerse tanto producto de limpieza yo, me imaginaba al hurón tomando agua y erutando burbujas. Mi gata no eruta burbujas, pero tiene colores de un hurón y los ojos celestes como grandes burbujas. Ah! no, cierto que ya escribí de mi gata.
El lunes que fue feriado en Argentina, fui a almorzar a casa de mis padres. Estaba mi hermanito (hermanito que ya pisa los 30) y dijo: “había un señor con un clavo en la mano, en la otra tenía un martillo y estaba a punto de golpear el clavo. El tema es que tenía el clavo al revés, de modo que la punta filosa del clavo miraba justo para la punta del martillo. Entonces se le acerca un amigo y le dice: “¡¡pero si serás bruto!! ¿no ves que ese clavo es de la otra pared?”. Me gustan los chistes tontos. Ah! no, cierto que ya escribí de que las cosas tontas son las que más me hacen reír.
Un amigo, con quien decimos no ser amigos, me acaba de decir: “para cambiar el andar de uno, es menester cambiarse primero de calzado sería interesante que cambie de lectura”
Ayer saliendo del subte un chico llevaba en la mano el mismo libro que yo sigo leyendo de Murakami. Ah! no, ya escribí de Murakami.
Fui al cuarto y me puse mis ojotas pero no hay caso, no tengo ni idea de qué escribir hoy...Quizás podría intentar comiendo jabón.
Nota: el maravilloso título es de quién me lo regaló porque obviamente, a mi ni título para el post me salía.

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