Y no tengo ni a qué aferrarme,
salvo a las estrellas, a la tierra que piso,
a la Naturaleza, a los poc@s amig@s verdader@s.
Un mundo laboral salvaje,
injusto,que rehuye cumplir
con la ley de adaptación al puesto laboral.
Y sólo me queda la palabra,
como arma y espada,
despojada de la dignidad
de una justicia imposible para los justos,
me refugio en mis libros
y en mis estimad@s amig@s.
En un país preso de sus propios
prejuicios y tópicos,
la España moderna es un reto
cuando menos utópico
y casi imposible.
M.O.A. autora.
La imagen es propiedad de la autora.(Arena de la playa de Mazagón).