En realidad es un alivio.
Hace poco más de un año me di cuenta de que este día llegaría. Así que decidí buscar la escopeta y esperarlo, cómodamente sentado en la silla mecedora del porche de mi cabaña-en-el-bosque imaginaria. Como vi que tenía que esperar más de un año, decidí que iba a hacer otras cosas mientras esperaba (porque estar sentado tanto tiempo me iba a gangrenar las nalgas).
Por ser una fecha emblemática en la vida de todo individuo, me puse algunas metas para antes de cumplir 30. Lo importante en este punto no es tanto hacer alarde o memoria y cuenta, sino el hecho de que se han puesto en marcha una serie de planes que se desarrollarán en mi próxima década de vida.
Agárrense, señoras y señores, porque ahora es cuando empieza lo bueno.