Revista Literatura

Aprende a puntuar diálogos con l.m. mateo (delirios y palabras)

Publicado el 14 octubre 2020 por David Rubio Sánchez
APRENDE A PUNTUAR DIÁLOGOS CON L.M. MATEO (DELIRIOS Y PALABRAS)
    ¿Raya o guion? ¿Dónde sitúo el punto o la coma? ¿Antes o después del inciso? ¿El verbo dicendi va en mayúscula? Espera, ¿qué es un verbo dicendi? Estas, y otras muchas, suelen ser las dudas que nos vienen a la cabeza cuando escribimos diálogos. Para resolverlas, hoy en El Tintero de Oro, extendemos la alfombra roja para recibir a nuestra invitada que seguro conocéis por su blog literario Delirios y palabras.
    Así que sacad el boli y el papel porque ya no habrá excusas para puntuar mal nuestros diálogos.

APRENDE A PUNTUAR DIÁLOGOS CON L.M. MATEO

    A L.M. Mateo, nuestra invitada, tuve el placer de conocerla a través de sus relatos en la web Literautas y aunque sigue escribiendo ficción ha enfocado su carrera literaria como correctora profesional. Así que pensé y pensé, y luego pensé un poquito más y me dije ¿quién mejor para enseñarnos a puntuar los diálogos?
    ETDO: Muchísimas gracias por visitarnos, Lidia.
    L.M. Mateo: Gracias a vosotros, David.
    ETDO: Bueno, aunque nos vas a hablar sobre la puntuación de los diálogos, no todos los días podemos contar con el lujo de hablar con una correctora profesional. Pienso que, quizá, los escritores noveles tenemos una visión muy limitada de vuestro trabajo. Y me parece que hacéis algo más que corregir faltas de ortografía.
    L.M. Mateo: Qué va, a mí me pagan un pastón por ponerte o quitarte comas y acentos. Y encima duermo (risas). Ahora en serio, no nos ceñimos a la corrección ortográfica tal y como la entiende el público general (corregir faltas de ortografía y ciertos problemas gramaticales). También debemos tomar decisiones en cuestiones sobre las que no hay una normativa clara o no la hay (siempre y cuando el editor no nos haya dado directrices) como, por ejemplo, el uso de negrita, cursiva, comillas, palabras biacentuales… 
    ETDO: ¡Ostras! ¿Biacentuales?
    L.M. Mateo: Son las que admiten dos acentuaciones (como vídeo, video) y, por tanto, hay que unificarlas en todo el texto (de ahí que se llame «ortotipografía» y no «ortografía» a secas). También revisamos bibliografías, notas al pie, que las imágenes y su texto se correspondan, índices…
    ETDO: Veo que ese algo más es mucho más.
    L.M. Mateo: Ya ves. Nuestra labor va mucho más allá. Existe el mito de que solo corregimos ortografía, y mucha gente olvida que el estilo también se corrige. Supongo que la confusión se debe a que son dos correcciones que se deben hacer por separado, y si te digo la verdad, en la de estilo es donde tenemos que hacer intervenciones importantes que no se trabajan en ortotipografía: confusiones de significado, poca claridad del texto, repeticiones, rimas internas, puntuación por cuestiones de ritmo (que el texto no sea monótono); trabajamos con los autores el abuso de adjetivos, redundancias, coletillas o cualquier cosa que pueda afear el texto y un largo etcétera que nos encontramos en el estilo del autor y que a mí me gusta llamar PEPU.
    ETDO: ¿PEPU? Caramba, me suena a siglas de partido político.
    L.M. Mateo: De urticaria va la cosa (risas). Las siglas las inventé a modo de hashtag para una serie de entradas que estoy redactando para mi blog, y significa: Pesadillas de estilo que producen urticaria.

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    ETDO: Ja, ja, ja… como los políticos.
    L.M. Mateo: Yo no me meto en política, que me salen sarpullidos donde menos me lo espero y queda feo lo de ir rascándome en público según que zonas. Otra de las fases en las que intervenimos (o deberíamos) es la llamada corrección de pruebas o galeradas: una vez maquetado el texto, revisamos que las tipografías estén unificadas, que no se hayan introducido erratas en el texto, que no queden líneas sueltas, que la partición de palabras sea correcta y una serie de parámetros comunes en todos los textos, además de aquellos que nos marque el cliente.    Y, por supuesto, hay quienes ampliamos nuestro trabajo dando clases, haciendo informes de lectura, editings de novela, mentorías…
    ETDO: Impresionante. Oye, y ¿cómo se desarrolla ese proceso de corrección?
    L.M. Mateo: El proceso depende de si trabajas con un particular o una editorial. Las editoriales normalmente hacen de mediadoras entre nosotras y los autores, así que rara vez tenemos contacto directo con ellos. Lo que sí se intenta es responder a aquellas dudas que les queden, pero no en todas las editoriales nos reenvían el texto para solucionarlas. Con los particulares trabajamos de una manera muy diferente.
    ETDO: Y ¿cómo es? ¿Se establece un contacto con ellos durante el proceso?
    L.M. Mateo: No solemos usar el teléfono porque nos quita un tiempo precioso de corrección, para la que necesitamos estar muy concentradas, pero mantenemos trato directo y fluido a través de email o incluso mensajería de redes. Intentamos que sientan el texto suyo en todo momento y los hacemos partícipes del proceso: en estilo, las decisiones finales las toma el/la autor/a.
    ETDO: ¿Te has encontrado con algún autor demasiado orgulloso?
    L.M. Mateo: Me pregunto cuál no lo es. Creo que al nacer, en el hospital, te miden el parámetro del orgullo. Si te sales de la escala, te ponen en el cajón de los escritores. Y luego están los escritores «especialistos», que son a los que nos referimos. A esos/as autores/as directamente los rechazo. Se los ve venir enseguida: desde la forma de dirigirse a ti hasta en el regateo del precio. Además, si les propones una corrección de estilo (porque os juro por el Lado Oscuro que el 90 % la necesita) y te dicen que su estilo no se toca… Almas de cántaro. Ese tipo de autores dan problemas y son mala publicidad para nosotras.
    ETDO: Me parece increíble. Hace unos años alguien me dio un consejo que desde entonces lo llevo como un mantra: «Sé orgulloso en la escritura, pero humilde en la corrección».
    L.M. Mateo: Me tienes que dar el nombre, así lo pongo como cita antes de los informes, para que el cliente se haga a la idea de lo que se va a encontrar (risas). Mira, hace poco alguien me envió un correo pidiendo presupuesto para ortotipográfica. Vi tal desastre en el archivo que casi me tengo que ir a urgencias con un síncope. Le dije que, si quería trabajar conmigo, tendría que revisar el estilo también. Su respuesta fue que SU estilo no se tocaba, que yo era cara y que quería llegar a un trato porque tenía muchos seguidores en una red y yo podría obtener publicidad a cambio. Lo rechacé. A mí no me interesa que me sigan porque fulanito/a influencer de X me ha contratado para hacer un trabajo a medias. Un trabajo a medias es mala publicidad, pan para hoy y hambre para mañana. Sé de al menos otras cuatro correctoras que prefirieron perder el dinero a trabajar su manuscrito sin revisar estilo. 
    ETDO: A eso lo llamo anteponer tu ego a lo realmente importante: tu novela.
    L.M. Mateo: Yo lo llamo «no tener ni puta idea de venderse». Esa gente no entiende que será comidilla en redes, pero por hacer mal las cosas, y que un día estás arriba, y al siguiente comes mierda (este consejo me lo dieron a mí cuando era joven y más tonta). Tal cual. Por favor, florecillas, tragaos el orgullo. A mí no me gusta sacaros el dinero porque sí. Todo se sabe al final y repercute también en la pérdida de clientes. Una buena correctora os avisará si de verdad hace falta un tipo de corrección, ambas u otro tipo de servicios como un editing o una lectura previa. Y también os lo dirá si no lo necesita.
    ETDO: Oye, ahora que nadie nos escucha, ¿cuáles son los tres errores más comunes en los que caemos los escritores noveles?
    L.M. Mateo: ¿Sólo tres? No me habías dicho que me lo ibas a poner tan difícil, ¿eh? A ver… La primera y más garrafal de todas: pensar que no necesitas pasar por una corrección, como mínimo, ortotipográfica. Si, además, es tu primera novela, la de estilo debería ser también obligatoria. Que, digo yo, que si grandes autores y académicos de la lengua tienen sus correctores, ¿quién crees que eres tú para ser menos? Hasta yo, correctora, tengo varias correctoras (besitos a Silvia, Carmen y Maribel).    En cuestiones de estilo, las repeticiones y las frases confusas se llevan el primer premio, y en ortotipografía, la puntuación de los diálogos se les atraganta.
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    ETDO: ¡Ay! La puntuación de los diálogos… Ahora vamos con eso, pero antes coméntanos de cuántas formas podemos introducir un diálogo en nuestra narración.
    L.M. Mateo: Además de los diálogos directos, tenemos los indirectos, que son aquellos que se insertan en el texto sin ningún tipo de marca (raya o comillas). Formas hay muchas, lo importante es que quede claro que se trata de un diálogo.
    ETDO: ¿Por qué nos cuesta tanto cumplir con las normas básicas de puntuación de diálogos?
    L.M. Mateo: Más que no cumplirlas, creo que se debe a su desconocimiento. Con la autopublicación, muchos autores han decidido prescindir de nuestros servicios y los de otros profesionales del sector para autoeditarse. Y luego pasa lo que pasa: los horrores de maquetación, ilustración y no corrección que nos encontramos son terribles, pero se extienden como la mala hierba. Y entre esa mala hierba destacan los diálogos: cada vez encuentro más libros en los que están mal puntuados o confunden algo tan básico como el guion o la raya.    Por otro lado, con las pantallas digitales se memoriza menos, y cada vez leemos más en pantalla. Y con prisas. Eso hace que no nos fijemos ni absorbamos la información como lo hacíamos antes.
    ETDO: Desde luego que, para aprender como se debe, nada mejor que papel y boli para tomar apuntes, hacerse esquemas… ¡Como en el colegio!
    L.M. Mateo: Eso es. Es una técnica de estudio muy básica, pero en el caso de los diálogos, ni esquemas ni milongas. ¿Alguien recuerda que le hayan explicado cómo escribir formalmente un diálogo en el colegio? Más allá de que se usa la raya y deben ir en líneas separadas y que eso del narrador que interrumpe el diálogo se llama acotación o inciso. No se profundiza, y hay casos muy específicos que se deben estudiar por separado o buscarles una solución creativa.
    ETDO: Alguien puede decir que, por ejemplo, Saramago puntuaba como le salía, ¿hasta qué punto podemos ser creativos a la hora de puntuar los diálogos?
    L.M. Mateo: Antes de romper las normas hay que conocerlas. Saramago puntuaba como le daba la gana porque las conocía, y sabía el por qué se las pasaba por el arco del triunfo: desde cuestiones de ritmo narrativo hasta cuestiones estilísticas. ¿Se puede ser creativo? Por supuesto, en mi artículo lo digo claramente, ya que hay muchos casos que no están recogidos en ningún manual. Ese es el momento de imaginar y proponer soluciones. Eso sí, la solución que se adopte debe ser coherente y mantenerse en todo el texto (cohesión) sea una novela o una serie.
    ETDO: Y, en concreto, ¿cuáles son los errores más habituales que te encuentras en la puntuación de los diálogos?
    L.M. Mateo: Los más genéricos se refieren al uso de la raya: hay quien utiliza el guion o, peor, viñetas para diferenciar las intervenciones. Si todas coincidimos en algo, es que a los que usan viñetas deberían imputarlos por daños y perjuicios morales a su correctora. También hay muchos problemas a la hora de usar la puntuación (¿va antes o después de la raya? ¿Cómo planteo las acotaciones?).
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    ETDO: En tu blog Delirios y palabras acabas de publicar toda una guía CÓMO PUNTUAR DIÁLOGOS CORRECTAMENTE que, desde ya, deberíamos agregarla en la barra de herramientas. Para abrir boca ¿qué contenido podemos encontrar en ella?
    L.M. Mateo: He intentado que sea lo más completa posible. Originalmente constaba de tres entradas que hace poco he unificado en una con ejemplos sacados de libros reales. En la primera parte hablamos de cuestiones muy básicas: la diferencia entre guion y raya, la puntuación con los verbos de habla y los verbos de acción… En la segunda parte profundizo en casos concretos que nos podemos encontrar y que no siguen la normativa o pueden generar confusión a la hora de puntuar los diálogos.
    ETDO: Humm, ¿pasamos una pequeña prueba de algodón?
    L.M. Mateo: ¡Miedo me das!
    ETDO: Tranquila, simplemente se trata de que te paso un diálogo y tú nos muestras qué errores hemos cometido. ¡Ahí va!

EJEMPLO DE CÓMO SE PUNTUAN LOS DIÁLOGOS POR L.M. MATEO

      -Juan, ve a la cocina que se quema el pollo, dijo Elena mirándose las uñas—.        —¿Qué pollo dices? —Preguntó Juan. — Por cierto, ¿dónde está el gato?    —¡Oh! —la mujer corrió despavorida por el pasillo y entró en la cocina:— ¡Misifú! ¡Sal de la sartén!
    Nada más empezar, nos encontramos con un guion en lugar de una raya. Constituye falta. Antes del dijo, en lugar de la coma (correcto si hubiera sido un diálogo introducido por comillas) debería ir una raya, y tras uñas, se debe colocar el punto directamente, ya que la intervención acaba en la acotación.
    En la segunda línea, preguntó es un verbo de habla y debe comenzar en minúscula, la segunda raya va antes del punto y no se separa de la acotación.
    Por último, en la tercera línea, la acotación debe comenzar con mayúscula y los dos puntos se deben situar detrás de la segunda raya, ya que es el orden que debemos seguir para cerrar las acotaciones.
    Lo represento aquí de la forma correcta:
        —Juan, ve a la cocina que se quema el pollo —dijo Elena mirándose las uñas.
        —¿Qué pollo dices? —preguntó Juan—. Por cierto, ¿dónde está el gato?
        —¡Oh! —La mujer corrió despavorida por el pasillo y entró en la cocina—: ¡Misifú! ¡Sal de la sartén!

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    Sin duda, creo que con este ejemplo hemos comprobado la importancia de una puntuación correcta y cómo cambia la claridad y comprensión del texto. Así que me parece que todos deberíamos leer y estudiar esa fantástica guía que nos has preparado.

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    ETDO:  Oye, antes de quitarte las esposas y dejar que te vayas, ¿cuáles son tus próximos proyectos sea como correctora o como escritora?
    L.M. Mateo: Como escritora estoy empezando a trabajar en mi primera novela y un manual para autores noveles. Y como correctora acabo de lanzar un Patreon en el que cada quince días doy una clase grupal online sobre cuestiones de estilo y ortotipografía.
    ETDO: Y por último, una curiosidad que tengo desde que sigo tu blog ¿por qué Delirios y por qué Palabras?
    L.M. Mateo: Antes era un blogspot de relatos llamado Ninfa Ondina (en honor a uno de los personajes de Ana María Matute). Cuando decidí dedicarme a la corrección, pensé en hacer un blog que combinara mis dos pasiones: la escritura y la corrección. La parte de Delirios se dedicaba a relatos, opinión personal, reseñas… a modo de cajón de sastre, y la de palabras se centraba más en cuestiones de estilo, ortotipográficas y recursos para escritores. Pero todos los blogs evolucionan con el tiempo y en estos momentos los relatos van a desaparecer y la sección de Delirios se centra en entrevistas, visibilidad de autoras y mujeres del mundo literario, reseñas de género y artículos de narrativa tratados desde mi punto de vista. El espíritu de palabras sigue siendo el mismo: ofrecer a autores noveles recursos gratuitos para formarse.
    ETDO: Lo dicho, ha sido un verdadero placer contar contigo y, por supuesto, tienes las puertas abiertas de El Tintero de Oro para cuando quieras.
    L.M. Mateo: Gracias a ti, David. Y la próxima vez no hace falta que me esposes, trae una cerveza o una botella de ginebra y yo respondo las preguntas que quieras.

Conoce a L. M. Mateo un poco más


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    L. M. Mateo (Alemania, 1979) es Licenciada en Humanidades por la Universidad Jaime I de Castellón, ciudad en la que reside. Ha vivido también en Inglaterra, Alemania y Panamá. Aunque comenzó como docente de Historia, en la actualidad trabaja como correctora profesional freelance. Como autora, ha publicado los relatos «La dignidad de una reina» (Tiempo y cadenas, 2017), «Rasavatam» (Antología Elemental, 2020), «Motuo» (Antología T.Errores Vol.I, 2020) y Gloria Matri (2020, en el Patreon de Alicia Pérez Gil, mientras trabaja en su primera novela.
Puedes seguirla en: 
    En su blog Delirios y palabras: https://deliriosypalabras.com/ —orientado a escritores noveles— da consejos de estilo, ortotipografía y escritura en general, y realiza reseñas de libros de género. 
Correo: [email protected]
Twitter: @lmmateorelatos https://twitter.com/LMMateorelatos
Facebook: @L. M. Mateo https://www.facebook.com/delypal
Instagram: @lmmateorelatos https://www.instagram.com/lmmateorelatos/
Patreon: https://www.patreon.com/join/lmmateo
Bueno, ¡ya no tenemos excusa para para puntuar mal los diálogos!
¡Saludos tinteros!

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