Todo esto me hace pensar en la cantidad de personas con las que nos cruzamos por la calle día a día, no sabemos si alguna de ellas será ella o él, no lo sabemos, vivimos en un mundo lleno de información, tecnología y conocimiento y ahogados en la mas profunda ignorancia, las riendas de nuestras vidas están guiadas por un conductor caprichoso que es capaz de hacernos desdichados y felices en cuestión de décimas de segundo, ¿Como un simple hola puede cambiar mi vida para siempre?, ¿Por qué entre todos los lugares y personas disponibles decidiste que yo era el merecedor de ese saludo acompañado de tu sonrisa tímida y escabulliza que se escapo entre tus labios?. Una simple palabra y un gesto lo cambio todo en esa habitación. En el mundo vivimos rodeados de personas y nosotros estamos a un solo paso de convertir un día cualquiera en el día mas especial de nuestras vidas, tenemos el arma mas poderosa del mundo, tenemos palabras, en nuestra alma esta ese hola que ese desconocido interpretara como la palabra mas hermosa que sus oídos han tenido el placer de escuchar, no podemos obsesionarnos, no debemos buscar con desesperación y caer en la frustración del fracaso al no obtener lo que deseamos, simplemente seguir, esa persona llegara, sin duda que llegara, yo no lo creía así, y cuando menos lo espere sucedió, quien sabe si ella y yo habíamos coincidido con anterioridad, solo se que una palabra lo cambio todo, tan solo una palabra, por eso no debemos volvernos locos, tan solo esperar, utilizar cada granito de esperanza y felicidad que nos regala la vida, escuchar lo que nos dice, cuando el momento llegue, cuando el destino lo decida sabremos de manera inequívoca quien es, quizás no sea necesaria una palabra, a lo mejor es solo un gesto, una mirada, una caricia la que nos haga salir de golpe y sin billete de vuelta de esa ignorancia en la que vivimos atrapados y de la que solo el destino tiene la llave que desencadene nuestra felicidad. Y tan fácil como llega de repente desaparece.
Aprendí a ser feliz el día que te conocí
Publicado el 22 abril 2017 por Benjamín Amoedo De La GranaTodo esto me hace pensar en la cantidad de personas con las que nos cruzamos por la calle día a día, no sabemos si alguna de ellas será ella o él, no lo sabemos, vivimos en un mundo lleno de información, tecnología y conocimiento y ahogados en la mas profunda ignorancia, las riendas de nuestras vidas están guiadas por un conductor caprichoso que es capaz de hacernos desdichados y felices en cuestión de décimas de segundo, ¿Como un simple hola puede cambiar mi vida para siempre?, ¿Por qué entre todos los lugares y personas disponibles decidiste que yo era el merecedor de ese saludo acompañado de tu sonrisa tímida y escabulliza que se escapo entre tus labios?. Una simple palabra y un gesto lo cambio todo en esa habitación. En el mundo vivimos rodeados de personas y nosotros estamos a un solo paso de convertir un día cualquiera en el día mas especial de nuestras vidas, tenemos el arma mas poderosa del mundo, tenemos palabras, en nuestra alma esta ese hola que ese desconocido interpretara como la palabra mas hermosa que sus oídos han tenido el placer de escuchar, no podemos obsesionarnos, no debemos buscar con desesperación y caer en la frustración del fracaso al no obtener lo que deseamos, simplemente seguir, esa persona llegara, sin duda que llegara, yo no lo creía así, y cuando menos lo espere sucedió, quien sabe si ella y yo habíamos coincidido con anterioridad, solo se que una palabra lo cambio todo, tan solo una palabra, por eso no debemos volvernos locos, tan solo esperar, utilizar cada granito de esperanza y felicidad que nos regala la vida, escuchar lo que nos dice, cuando el momento llegue, cuando el destino lo decida sabremos de manera inequívoca quien es, quizás no sea necesaria una palabra, a lo mejor es solo un gesto, una mirada, una caricia la que nos haga salir de golpe y sin billete de vuelta de esa ignorancia en la que vivimos atrapados y de la que solo el destino tiene la llave que desencadene nuestra felicidad. Y tan fácil como llega de repente desaparece.