Revista Talentos

Apuntes de unas elecciones carnavalescas

Publicado el 08 octubre 2014 por Perropuka

Apuntes de unas elecciones carnavalescas


Este miércoles a la medianoche termina por fin la campaña electoral más sucia que se recuerda, y no precisamente por la guerra sucia entre los candidatos que es rasgo intrínseco de la politiquería criolla, sino por el despilfarro nauseabundo de recursos públicos en materia de logística y organización, tirando la plata al agua porque ya se sabe quién es el alma de la fiesta y quiénes los convidados de piedra. Aparte de haber arruinado el ornato de las ciudades a plan de pintadas en muros, puentes y otros espacios públicos, los partidos se esmeraron en dejar huella con sus banderines y carteles pegados al tuntún por doquier. Como broche de oro, las concentraciones de cierre de campaña distritales casi siempre terminaban en jaranas, con actuación de grupos tropicales y con farras en medio de la calle, como ocurrió hace pocos días con las juventudes masistas portando banderas y botellas a pocas cuadras de la universidad estatal cochabambina. Hasta entonces no había entendido aquello de que el organismo electoral promocione el día de las elecciones como una “fiesta de la democracia”. Digno colofón para una opereta que se viene cocinando desde hace tiempo.Porque, para empezar, las elecciones deberían ser nulas de pleno derecho, ya que el principal candidato está inhabilitado constitucionalmente por su propia Constitución para mayor paradoja. Si los líderes opositores, realmente defendieran los postulados democráticos y tuvieran un poquito de amor por el país, no se hubieran presentado a la contienda a modo de protesta y para dejar en evidencia al caudillo, para que este se haga elegir en soledad aunque sea inventándose una oposición de figurillas como suelen hacer Mugabe, Obiang y otros déspotas alrededor del orbe. Triste el papel de unos partidos que le hacen el juego al caudillo -legitimando su habilitación tramposa- al aceptar de buena gana su rol de patéticos antagonistas. Es para llorar la mezquindad y ruindad de unos opositores que fueron incapaces de conformar un frente común y ofrecer una alternativa seria a la ciudadanía. No tomaron valiosas lecciones de la realidad ni del buen ejemplo de la experiencia venezolana que, de no mediar fraude,  Maduro estaría de refugiado en una isla tropical. Nuestros políticos son tan roñosos y rijosos que prefieren disputarse como perros famélicos las sobras que caerán de la comilona oficialista. Como alguien decía, no importa el destino de la nación, sino el afán sectario de gozar de cuotas de poder por muy insignificantes que sean. Nada de extrañar en un país de caciques y caciquillos. Estas son las elecciones más desiguales que se recuerdan. Decía que oficialmente hoy cesará de emitirse propaganda electoral….por parte de la oposición, ya que el gobierno a través de su ministerio de Comunicación, seguirá bombardeando acerca de sus logros en todos los ámbitos; pueden apostar por ello. Las desigualdades son tan abusivas que comienzan en el uso constante del avión presidencial para la campaña y terminan en los vehículos oficiales de pequeños municipios siendo utilizados sin sonrojo alguno, con innumerables denuncias y pruebas fotográficas que no mueven ni un pelo a las dignísimas autoridades electorales, que un día anuncian que prohibirán cierto spot, y al otro se desdicen como si nada, argumentando solemnemente que el presidente candidato tiene todo el derecho de seguir haciendo “gestión de gobierno”, no obstante la exhibición descarada de banderas partidarias.Estas son las elecciones más caras de la historia. Es agobiante y terrible el desparpajo con que “el partido de los pobres y marginados” le mete mano al erario público para financiar su opulenta campaña audiovisual. Porque con “aportes voluntarios” de sus simpatizantes apenas alcanzarán para costear los banderines, calcomanías, carteles y el refresco de los activistas. Además, como los candidatos a legisladores proceden de los “sectores humildes del pueblo” en su gran mayoría, no son ricos precisamente, sin embargo, ahí está la maquinaria mediática respaldándolos. Un candidato a senador de la oposición se quejaba de que poner un simple spot que no llegaba ni al minuto de duración le costaría dieciocho mil dólares por unos cuantos pases por día en una sola cadena nacional. En contrapartida, no hay prácticamente canal de televisión que el gobierno no haya copado con sus variados y completos spots, a todas horas y todos los días en los últimos meses. De hecho, viene haciendo campaña desde hace casi una década y a nadie parece importarle salvo a los dueños de los medios que se frotan las manos por tener a un auspiciante que paga mucho más que la principal empresa privada del país, de lejos. Millones le están costando al país la perversa y grotesca operación electorera que es una suerte de compra del trono a plazos. Cada vez más cerca el primer califato del estado pachamámico, con palacio nuevo incluido.¡Y qué decir de los cierres de campaña!.... azorado he contemplado la energía inagotable del caudillo que en un mismo día podía estar en tres lugares distintos sin aparente cansancio. El domingo pasado, por ejemplo, participaba después del mediodía del acto final en la ciudad de Tarija, con concierto al aire libre amenizado por los cumbieros argentinos de Ráfaga. Al poco rato ya volaba hacia Santa Cruz para que en horas de la tarde-noche sea ungido como miembro honorífico de una comparsa carnavalera (brazo logiero de la rancia burguesía, antes acérrima enemiga del régimen) bailando al son de su reina respectiva. Horas más tarde se le veía sonriendo, dando pasitos de Morenada, en medio de una fiesta de residentes orureños. El lunes tocó turno a Cochabamba, donde a partir de las diez de la mañana se reunió a una inmensa muchedumbre de cocaleros y campesinos traídos de todas las provincias del departamento; de tal manera que una vez más colapsaron la principal avenida de ingreso a la ciudad, arruinando la jornada a los habitantes que vivimos en las inmediaciones, siendo testigos en primera fila del gigantesco despliegue de vehículos, policías, empleados públicos que “pidieron permiso a cuenta de vacación” y demás gente que fue arreada de los barrios periféricos para aclamar al evanescente líder, mientras era azuzado por el vocalista de Los Kjarkas (a quienes el caudillo agradeció su desprendimiento revolucionario por actuar gratuitamente) a canturrear a dúo, en medio del éxtasis de las groupies que gemían con el grito histérico de ¡Evo, Evo….! Pero el colofón de la francachela fue el día martes, con otra muchedumbre, aún más numerosa (un canal paraestatal titulaba “más de medio millón de personas” transmitiendo en vivo) reunida en Santa Cruz para dar el toque final a toda la campaña. Como no podía ser de otra manera, cerraron a lo grande con la actuación de los mexicanos Bronco, traídos expresamente que a pesar de su música hortera, no son ciertamente baratos. Estas son las elecciones más festivas, cirqueras y demagógicas de toda la historia. La mayor farsa vista en mis tiempos. Menos mal que no salí en los sorteos de jurados electorales, hubiera tenido que pagar una fuerte multa antes que prestarme a ser otro tonto útil de la mamarrachada. Que no cuenten conmigo para el domingo 12 de octubre. Votaré nulo por primera vez porque me lo dicta mi conciencia. Por mí el país se puede ir al carajo. La democracia hace tiempo que ha muerto y pocos parecen darse cuenta.

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