A pesar de que no tengo nada en especial que contaros, no quería dejar un mes en blanco. No escribo desde hace más de un mes, y lo cierto es que no ha sido por falta de ganas, o de "algos" que contaros, pero no he tenido mucho tiempo y/o inspiración para ello.
Necesito organizarme. Es irónico, siendo todo lo organizada que soy, que a la hora de organizar las horas del día y las tareas que quiero realizar cada uno de ellos, sea un auténtico desastre. Quiero conseguirlo, joder, tan difícil no tiene que ser, pero el tener la concentración de una oruga puesta de antidepresivos no ayuda. Me disperso más que el ambientador aquel que, como sus partículas son más finas -o qué se yo-, duran más tiempo en el aire, y las pausas de "veo esto y sigo" se acaban enlazando unas con otras, y la procastinación reina en mis días, bien laboral o lúdicamente, que es lo gracioso.
Me enorgullece informaros que, después de todo, estoy llevando la lectura al día, y eso ya es un logro. A estas alturas me estoy leyendo el décimo libro del año, un tercio de la meta total, y todavía no estamos en Abril -ya, por muy poco, lo sé-, y ya estoy con el libro que debería poner el broche de lectura en dicho mes, así que sí, estoy contenta por ello, ahora sólo me queda seguir a este paso, y no zanganear demasiado, que luego se me acumulan, como otros años.
Volveré pronto, y si tenéis sugerencias sobre cómo podría lograr organizar las horas del día con las cosas que quiero hacer, dejádmelas en los comentarios, toda idea es bienvenida.
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