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Aquellas Navidades de los Ochenta...en casa de Chapu

Publicado el 23 diciembre 2009 por Without
Aquellas Navidades de los Ochenta...en casa de ChapuMe pareció interesante felicitaros la Navidad, no con recuerdos colectivos, sino más bien individuales, como una autobiografia de las navidades de Chapu, en las que siempre hay detalles y cosas en las que unos y otros se ven reflejados. Son tiempos de consumo, de fastos, de lucecitas y cigalazas, de papeles de colores y grandes lazos...y yo me pregunto, ¿Dondé quedó esa Navidad inocente, sencilla y divertida de la infancia, aquella que vivimos como niños chicos desde unos ojos aun sin manipulación? Si exisitiese la máquina del tiempo...hoy estarías viajando conmigo.
Años Ochenta...Lugar: La casa de Chapu. Fecha: Días prevíos a la Navidad.
Todo comenzaba dos o tres días antes de la Nochebuena. En mi casa sabiamos que se acercaba el gran momento,Aquellas Navidades de los Ochenta...en casa de Chapu cuando mi padre sudoroso llegaba desde su trabajo a 15 minutos largos de casa cargado con la cesta de Navidad. Y todos nos arremolinabamos en torno a la mesa, lanzando un Oh a cada producto que de allí salía: Una barra de turrón del duro, Oh!, Una del blando, Oh! una botella de Cava Oh!, una lata de Melocotón en Almibar, Oh!...y así hasta el final. Cierto es que con los años este rito perdió gracia cuando los del curro de mi padre valoraban más una botella de Wisky de 15 años que un buen surtido de dulces y claro, el presupuesto no llegaba para tanto.
Otro De los rituales que la tierna infancia nos hacia soñar, era el día de la loteria. Los Aquellas Navidades de los Ochenta...en casa de Chapumayores le daban cierta importancia al sorteo y veias que les iba dar un alegrón si les tocaba ( y de paso a ti, ni te cuento los regalos que te iban a caer, que eramos inocentes pero no tontos). Allí estabamos mi hermano y yo, con los decimos y participaciones (que no creo que fuesen ni diez, en mi casa no se jugó nunca mucho) extendidas por la mesa, con la tele a todo trapo y la cantinela de los números, (seimildoscientostreintayuno, cientocincuentamilpeseetas , dosmiltrece, cientociencuentamilpesetas...). Nada, nunca tocaba nada, nos quedaba la salud, como decía mi abuela.
El último de los rituales, y quizá el más conflictivo era...la puesta del belén y el árbol. Y digo bien, porque no había año en el que teAquellas Navidades de los Ochenta...en casa de Chapurminasemos discutiendo, gritando, pegándonos y enfadados. (Que no! que primero las luce sy luego el musgo..que el centinela romano va en el castillo, que yo hecho la harina...) Eso si, enseguida se nos pasaba cantabamos un villancico y pasabamos a la segunda parte del belén...el esconderite de Jesús. Escondiamos por algún rinción del mismo, al Niño Jesús, y había que encontrarlo, al más puro estilo donde esta Wally.
Las fiestas tenían siempre el mismo guión. Nochebuena en mi casa. Venían mis tíos y mis primos. Después de cenar solíamos jugar al un,dos,tres, haciamos preguntas, y subasta donde siempre había objetos por el cuarto con una notita debajo...Cuando crecimos jugabamos a las cartas a "perras" Ojo!... a duro la partida, pero si te tocaba el pozo, leches!!! que era un pizco para chucherias. Al día siguiente, ibamos a casa de mis primos, aquí siempre pasaba lo mismo, No había juegos ni juguetes, no nos dejaban tocar nada, pasaban de nosotros porque venían otros primos suyos, al final, terminabamos asqueados, prometiendonos a nosotros mismos que al año siguiente no les dejariamos nada en nuestra casa...pero como eramos tan buenos....
En Nochevieja estabamos sólos, pero lo pasabamos incluso mejor. Yo recuerdo que me encantaba ver quienes salían ese año en la gala de la Primera Cadena, después de las uvas...esoAquellas Navidades de los Ochenta...en casa de Chapu si nunca termine de verla entera, aunque al dia siguiente por al tarde hacían repetición. El momento más tenso se vivía en las uvas, cuando siempre se atragantaba mi abuela, se ponía morada literalmente y todos creiamos que se quedaba sin entrar en el nuevo año, perdía la respiración...menudos sustos. Le propusimos que lo hicera con mosto pero no había manera. Después había otra sesión de cartas, y aquí el chulo del Chapu, le desafiaba a su padre con apuestas hasta de billete. Siempre perdía...un año hasta mil pelas. Por eso, creo que hoy en día no me gusta aportar.
No faltaban los paseos por la ciudad viendo los belenes (curiosamente pocos son los establecimientos que hoy ponen), el chocolate con churros una tarde, una sesión de cine y palomitas, la cabalgata de los reyes,....Aquellas era una felices navidades!!!Aquellas Navidades de los Ochenta...en casa de Chapu
Y por eso, desde este humilde y entrañable post de mi infancia, os invitó a que volvais a aquellos años, que intenteis ver con aquellos ojos la Navidad, que volvais a la sencillez, a la candidez y a la ternura de unas navidades ochenteras. De todo corazón os deseo lo mejor para estos días, tanto a aquellos que les gustan como a los que no....y para el año que viene, el equipo de este blog os desea MUCHA FELICIDAD y AMOR!!!!

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