Los lobos son animales sociales que viven en grupos, en manadas. Las manadas representan un sistema social jerárquico con una pareja líder al mando cuyo dominio sobre los demás miembros es indiscutible. Tras la pareja líder están los números dos, tres...etc., hasta los últimos de la estructura jerárquica. Es imprescindible para la supervivencia de la manada respetar este órden, para los lobos no existe la democracia, viven en un sistema dictatorial. Los lobos profesan un respeto total a las normas sociales que imparte su líder y acatan sus órdenes sin dudarlo, aceptando el rango que ocupa cada uno.
Nuestro perro, ya desde cachorro, espera de nosotros que seamos su líder. Nuestra familia es su manada y necesita sentir que todo está bajo control y que él no debe preocuparse por nada, son sus instintos y esto le aporta tranquilidad y estabilidad emocional. Si se encuentran con un propietario o propietaria que no saben ejercer este liderazgo, el perro, incluso siendo cachorro, entiende que alguien debe hacerse con el control de la situación y aquí es donde empiezan a surgir los problemas de dominancia y desobediencia.
Un líder debe mantener siempre la firmeza suficiente para que el perro reconozca y entienda cuál es su rango dentro de la manada que forma vuestra familia. Y ¿cómo lo puede conseguir?
Bien, un buen líder demuestra siempre tranquilidad, no grita dando órdenes, no pierde los nervios, debe tener, o al menos demostrar que tiene, las cosas muy claras, unas pautas a seguir que ofrezcan confianza y protección. No castiga, corrige, jamás pega ni utiliza el maltrato físico, enseña, no humaniza al perro ni lo mima en exceso, le da cariño con su compañía, alimentación y cuidados, juega con él sin molestarlo y hace lo posible por entender y respetar sus necesidades, como por ejemplo los paseos. Un buen líder no saca a pasear a su perro 10 minutos 3 veces al día, todos los días, justo para que haga sus necesidades, sino que sale a dar largos paseos (si entre semana no es posible por motivos de trabajo, los fines de semana debería ser obligado) creando entre ellos el mejor vínculo que puede existir entre un perro y su dueño.
No es difícil ser un buen líder, sólo se debe amar lo suficiente a nuestro perro o cachorro para darle todo lo que va a permitirle llevar una vida sana y completamente feliz. Él nos lo devolverá con creces.
Cómo educar a un cachorro