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Camino por las calles de Intramuros y siento una sensación de deja-vu, de deliciosa familiaridad. Me sorprendo cuando una de mis amigas me invita un chicharrón, que me evoca a la comida de mi tierra (aunque aquí esta riquísima corteza de cerdo frita se escribe tsitsaron). El paisaje que me rodea me hace aludir a imágenes coloniales de Arequipa, en Perú, Antigua en Guatemala o México.
Interior de patios y casonas en Intramuros
Iglesia de San Agustín.
No es casual. Intramuros fue fundada sobre la base de un antiguo asentamiento tagalog, en la confluencia de la bahía de Manila y el río Pasig, por Miguel López de Legazpi en 1571, quien había llegado de México a la isla de Cebú, posteriormente enrumbó hacia el norte hasta llegar a este lugar.
Intramuros, Manila. Ver imagen en Google Maps
Intramuros fue la capital de la nueva colonia española de las islas “Felipinas” y fue un punto clave en la ruta comercial entre Asia y América (Manila y Acapulco) que permitió, mediante galeones, que se realizara el sueño de Colón de que España pudiera llegar a las Indias Occidentales. Y si bien América se benefició con productos como mangos, seda, papel, los sobres y los mantones de Manila, los filipinos también recibieron una importante influencia latinoamericana, en cuanto a la comida, la religión, el arte, y la arquitectura mestiza (por supuesto, también en el lenguaje. A la plétora de palabras hispanas que se incluyen en el lenguaje filipino moderno, se suman algunas de origen azteca, como nanay –mamá- o tatay –papá).
El nombre de Intramuros me evoca la idea de un sector aislado, protegido de la expansión urbana y que alberga dentro de sí joyas históricas, pero también la idea de protección contra ataques de piratas o invasores (en este caso chinos, holandeses e ingleses).
Restos de baluartes y fortificaciones
Pero lo cierto es que Intramuros también implica una exclusión social, la diferencia a los que estaban dentro de las murallas (blancos y mestizos) de aquellos nativos que vivían en extramuros. Parece ser sin embargo, que a mediados del siglo XIX esa tendencia se había disuelto en una sociedad más inclusiva para ciudadanos de todas las razas y estratos sociales, tal como lo narra un viajero británico de la época.
Filipinas mestizas a finales del siglo XIX
Urbanamente, Intramuros se concibió como una fortificación trapezoidal, en la cuña que forman el mar y el río Pasig (hoy en día los rellenos sobre el mar dificultan esa lectura). En su interior se organiza una trama rectangular, en uno de cuyos extremos se hallaba la plaza mayor, rodeada por los poderes más importantes de la época: la catedral, la gobernación y la cárcel. En ese sentido, Intramuros se asemeja a otras ciudades fortificadas en Hispanoamérica, como Lima, por ejemplo.
Intramuros en 1784.
Intramuros en el siglo XVII, mostrando los alrededores o "extramuros"
Además de la catedral, la ciudad se hallaba salpicada por las torres de otras congregaciones, como Franciscanos, Dominicos y Agustinos.
La Catedral antes de 1945
Vistas de la Catedral
Las calles, como otras ciudades coloniales hispanas, presentan perfiles compactos, sin retiros ni jardines frontales, pero con balcones y arquerías, que fueron cambiando con los años debido a las catástrofes que asolaron la ciudad.
No obstante, al interior las edificaciones se organizan en torno a patios o claustros, que permiten brindar iluminación y ventilación a los ambientes interiores, además de generar un microclima y establecer un espacio social y funcional a las mismas.
Mención aparte merecen las fortificaciones, ejecutadas durante siglos, y las puertas, artísticamente decoradas como en el caso de la Puerta del Parian o la Puerta Real.
Puerta del Parian.
Puerta Real en 1899.
Vídeo de Intramuros en su etapa española
Presionar aquí si no puede ver el vídeo
José Rizal, máximo prócer de la independencia filipina, fue arrestado y fusilado en el fuerte Santiago en Intramuros. Antes de morir, escribió su inmortal poema "Mi Último Adiós".
Intramuros permaneció intacta hasta la colonización de Filipinas por EE.UU. donde se llevó a cabo ensanches de calles y puertas.
El siguiente vídeo muestra los efectos de la modernización durante la colonización norteamericana, que transformó a Manila de un "adormecido pueblo español" a una metrópolis estratégica en Asia, gracias a su renovación urbana, implementación de servicios e infraestructura y desarrollo de la economía. El documental no dice nada, sin embargo, de que la colonización se llevó a cabo luego de una vergonzosa traición de EE.UU. a los Filipinos y que la guerra de la independencia Filipino-Americana le costó a este país entre 200,000 y 1.4 millones de muertos (por eso insisto que siempre hay que escuchar ambos lados de la historia).
Presionar aquí si no puede ver el vídeo
Pero no serían los americanos sino los japoneses quienes causarían mayores estragos a Intramuros y a Manila en general. Tras el bombardeo a Pearl Harbour, y como represalia tras la respuesta americana, Japón invadió Filipinas (en realidad era el pretexto que estaban esperando). Manila, que estaba bajo el comando del general Douglas MacArthur, se rindió prontamente para evitar la destrucción de su patrimonio y la pérdida de vidas.
- "¿Piensas dejar Manila, Douglas?"
- "No te preocupes, Carlos. Iré a Australia por un tiempo, pero he de volver."
En la penumbra de la fortaleza, se oculta un soldado japonés.
En los 3 años y medio que duró la brutal ocupación nipona se produjeron entre 1 y 2 millones de muertos filipinos. En su batalla final contra los norteamericanos (quienes, en una de esas vueltas que da la historia, se volvieron los libertadores de los filipinos), los japoneses no dudaron en pasar por la bayoneta a la población local, incluso a niños y mujeres embarazadas, y de incendiar Manila durante retirada.
Nota:Este vídeo histórico contiene escenas que pueden ser impactar la susceptibilidad de algunos lectores.
Como consecuencia de ello y del fuego cruzado entre ambos bandos, Intramuros quedó devastada y todas sus estructuras destruidas, a excepción de la Iglesia de San Agustín. Sólo en la batalla de Manila más de 100,000 civiles filipinos perdieron la vida.
- "Eso es igual a las muertes por las bombas en Hiroshima y Nagasaki" me dice un viejo guía en una comparación terrible y un tanto inexacta, pero que refleja el profundo dolor de aquella experiencia que vivió en carne propia y que le ha acompañado toda la vida.
Intramuros, Manila en 1932, antes de su destrucción en 1945
Foto cortesía de DebraEve
Hoy, se ha reconstruido gran parte de esta ciudadela (que, dicho sea de paso, ha contado con la cooperación española, norteamericana y japonesa) aunque es una de los monumentos en la lista de patrimonio en peligro por la UNESCO. Intramuros no es un memorial deprimente, trágico, como lo es, por ejemplo, la Isla del Corregidor. Por el contrario, derrocha alegría, festividad y frenesí, y mientras algunos extranjeros juegan golf en el campo que rodea al monumento, muchos otros expresan en su bullicioso y extrovertido carácter un optimismo por tiempos mejores. Soy consciente, sin embargo que este lugar no es meramente histórico, es un símbolo de la tenacidad y el sacrificio filipinos por conseguir su independencia, que finalmente lograron en 1946.
VER TAMBIÉN
- ARQUITECTURA COLONIAL ESPAÑOLA
- Basílica de San Sebastián, Manila, Filipinas.
- Basílica del Santo Niño, Cebú, Filipinas
- Casa Velarde Álvarez, Ayacucho, Perú.
- Convento de San Agustín de Alcomán, México (ruinas)
- Iglesia de La Compañía Arequipa, Perú (1578-1698)
- Monasterio de Santa Catalina, Arequipa, Perú
- Plaza de Amas de Arequipa, Perú
- Tambo La Cabezona, Arequipa, Perú.