En una casita oculta bajo las tablas del suelo de una mansión campestre, vive una familia de seres diminutos, de apenas 10 cm. de altura, que tienen la norma de no dejarse ver nunca por los seres humanos; sin embargo, su tranquila existencia cambia cuando Arrietty, una audaz adolescente, es vista accidentalmente por un niño que se acaba de establecer en la casa debido a su delicada salud. Al tiempo que entre ambos surge una gran amistad, la existencia de los diminutos seres se verá peligrosamente amenazada... Adaptación del cuento infantil "The Borrowers", escrito por Mary Norton y ambientado en el Tokio contemporáneo.
La historia se centra en la tolerancia de las personas, en la capacidad de entendimiento entre seres distintos, en lo que hay que conquistar y en lo que se nos escapa y debemos dejar ir.Una trama contada con lentitud, con "pequeñas" escenas hermosas y mucha imaginación. No le falta de nada para disfrute de grandes y pequeños.
Pero lo que realmente llama la atención es como el sonido juega con nuestros oídos para que tengamos la sensación de que estamos inmersos en su pequeño mundo con ellos. Todos los sonidos que oye la joven Arrietty están adaptados para que nosotros los oigamos tal y como lo haríamos si midiésemos su estatura y eso se combina de maravilla con lo introspectiva que es la película pues la música no suena en largos espacios de tiempo, creando simplemente atmósfera, logrando una inmersión en la acción extraordinaria: los sonidos del interior de una casa, los sonidos del campo, todo nos traslada al colorido mundo de Arrietty.La animación es 100% ghibli ,una verdadera obra maestra en colorido y dibujos ,como si fuera un cuadro precioso en cada escena, una magnífica obra de arte visual dibujada a mano en 2D tradicional.
Es el propio Miyazaki, el que se hace cargo del guión, para el que toma prestados los famosos personajes creados por Mary Norton. Precisamente es el hecho de usar a unos personajes tan asentados en la cultura occidental,en un mundo onírico, lo que lehace alejarse de las leyendas niponas a las que ya estábamos acostumbrados, y le da a la película una dimensión bastante distinta a la habitual en la obra de Ghibli, pero en la que todo funciona perfectamente narrado con un mimo enternecedor.