El arroz es el cereal con más importancia en nuestra dieta, en especial en países como Bangladés o Camboya, donde el 75% de la población lo consumen a diario.
Comiéndolo con las manos, con palillos, o con tenedor, en casi todas las culturas desempeña un papel con una gran importancia culinaria.
Sus propiedades nutritivas son muchas: es un hidrato de carbono complejo, convirtiéndose así en el combustible de nuestro cuerpo aportándonos energía. También contiene fibra, la cual nos ayuda en el buen funcionamiento de nuestro intestino, siendo un gran aliado en dietas especiales para los estómagos más delicados, de ahí que nuestro médico nos recomiende el agua de arroz cuando padecemos de gastritis estomacal.
La proteína no es el fuerte de este cereal, pero esto lo solucionaremos sirviéndolo en nuestros platos con soja, carnes, pescados, huevos o legumbres, ya que estas últimas aportarán los aminoácidos esenciales que necesita para ofrecernos una buena y completa proteína.
Pero algo importante que deberíamos conocer es la gran diferencia entre un arroz integral y un arroz blanco:
- El arroz integral es el grano tal cual lo recogen de la siembra, al que se le ha quitado la capa más externa, la cual no es comestible. El resto del grano queda intacto para aprovecharnos de sus vitaminas, minerales y fibra. Pero sus propiedades se desvanecen cuando este cereal, como muchos otros, es refinado.
- El arroz blanco no sólo carece de las capas externas del grano inicial, que son precisamente las que benefician nuestra salud, sino que también es blanqueado con talco. Sí, ese que se ponía en los culitos de los bebés y que ahora el pediatra nos advierte que no usemos… pues nos lo estamos comiendo en el arroz!!
- Y por desgracia, como ahora se valora más el tiempo que la salud, la gran mayoría de la población seguirá consumiendo ese “arroz de talco”, sólo porque se cocina antes que el integral y porque su apariencia física es más atractiva a la vista. Pero aquí también podríamos decir que lo importante está en el interior.
Y para aquellos que siguen negándose a probar el arroz integral, recomiendo el arroz vaporizado. Este arroz es sometido, antes de despojarlo de sus capas externas, a un proceso de vaporización, el cual permite el paso de los nutrientes de la cáscara al interior del grano o germen. Y además, nunca se pasa! Así que también podríamos añadirlo a nuestra lista de la compra.
Arroz vaporizado, basmati, salvaje, redondo… existen hasta diez mil variedades de este preciado cereal, pero nos vamos a centrar en uno de ellos: el arroz rojo.
El arroz rojo tiene este color gracias a unos pigmentos a los que se le atribuyen propiedades farmacológicas y terapéuticas, como la prevención de cáncer y diabetes. Así que ya tenemos una buena razón para colorear nuestros platos con este original cereal.
Posee un gran valor nutritivo, ya que no está refinado como el arroz blanco, por ello está considerado como un tipo de arroz integral, así que para cocinarlo necesitaremos tres partes de agua por una de arroz rojo.
Gracias a su llamativo color es la guarnición perfecta para cualquier carne o pescado y una chispa de color para nuestras ensaladas, a las que acompaña muy bien con su suave sabor a nuez.
En la medicina tradicional china es muy apreciada esta variedad de arroz, ya que se le otorgan propiedades beneficiosas para el sistema circulatorio, aliviar la pesadez del estómago y para combatir el colesterol, entre otros.
Seguro que a partir de ahora no contestaremos a la pregunta de qué es el arroz rojo, con una respuesta como ésta: un arroz blanco repleto de ketchup!!