Arte y miseria

Iba paseando por la ciudad con mis auriculares escuchando a mi grupo de música favorito, apenas le prestaba atención a mi alrededor por sentir la letra y canción que escuchaba. Pero, por un momento, abrí bien los ojos, y me paré en seco delante de un grupo de música callejero. Empecé a observarles, atónita y con bastante admiración. A compararles, con ellos. Los de mis auriculares. Observaba lo que hacían con mayor exactitud, y cada vez parecía más estúpida para el resto. Si acaso, y por
La gente, en cambio, les miraba raro. Se reía de ellos, e incluso les llegaban a insultar. Yo no entendía muy bien por qué. Al fin y al cabo, ya les gustaría a más de uno acabar así. Dando conciertos, y que la gente te escuche. Porque, a decir verdad, al tocar en la calle estás haciendo que, aunque la gente pase de ti, algún acorde se cuele en sus oídos. Pobre de ellos, pensé. Pero, no por tener que ganarse la vida de esa forma sino por todo lo que tendrían que aguantar día a día. Incluso, me atrevería a decir que minuto a minuto. No lo sé. Son músicos, de verdad me estás diciendo que ¿no soñaban vivir de la música? Vale, sí, puede que subidos a un escenario y bla bla bla. Pero, tocar en la calle ni es un acto vandálico para algunos, ni una miseria como dicen otros.
Nos atrevemos a pensar que "la buena vida" la tiene aquel que cumple con sus obligaciones, y cobra religiosamente. El que tiene el lujo de vivir en un chalet de dos plantas, y un cochazo de la hostia. ¿Sabéis qué? A mí siempre me han enseñado que las cosas más importante de la vida son tres: amor, salud y dinero; y, en absoluto lo veo así. Que, por cierto, no porque diga que no son lo más importante de la vida, estoy diciendo que no sean importantes. Para mí, al menos, lo más importante de la vida es el tiempo. Aprende a disfrutar de él, y de cada momento, incluso el tiempo que emplees en la oficina; y empezarás a vivir dignamente.