Mientras seas menor de edad o estés al cuidado de tus padres o tutores, necesitas acatarte a unas reglas, eso nadie lo discute. Ellos quieren lo mejor para ti y pueden estar de acuerdo o no con tu decisión de actuar, y tú, aunque estás en tu derecho de defenderlo, has de aceptarlo.
Pero llega un momento en la vida en la que te conviertes en adulto, también con lo bueno y con lo malo. Es cuando tomas tus propias decisiones y asumes todas las consecuencias.
… O esa es la teoría.
Porque tus propias inseguridades harán que vuelvas a “tu niño o niña interior” y sigas buscando aprobación en el mundo externo (familiares, conocidos, seguidores…), en vez de tomar toda tu fuerza de tu “yo adulto”.
En el fondo, es lo más fácil. Así, si no te va como quisieras, siempre podrás echar balones fuera y responsabilizar a los demás de lo que no has conseguido.
Pero, artista, ¡ha llegado la hora de que cojas el volante de tu vida, dejes de pedir permiso a los demás y te responsabilices de tu carrera artística!
Tu vida, tus reglas
Permítete decir NO a un proyecto que no te vibra o no te conviene, porque no lo consideres lo suficientemente bien remunerado o no esté alineado con tus valores. Si te ves alentado por la gente de tu entorno para aceptar cualquier cosa, ten en cuenta que son ellos los que están proyectando en ti sus propias inseguridades. “Si no lo aceptas nunca conseguirás la suficiente experiencia” o “si te pones tan exigente no vas a conseguir nada”… son todo limitaciones suyas, que no tienen por qué ser las tuyas.
¡Tú eres quien dicta las reglas del juego en tu carrera!
Permítete transitar tus sentimientos. La vida del artista es un vaivén de emociones. Hay momentos en los que nos encontramos pletóricos y otros en los que nos sentimos estancados o desmotivados, y al no tener siempre demasiado apoyo en lo que hacemos, parece que hay que ir siempre demostrando que todo nos va bien el 100% del tiempo.
Artista, como en todos los oficios, pasarás por momentos mejores y peores, y has de dar cabida a todos ellos. No te los calles, déjalos expresarse a través del arte o pide ayuda o guía cuando lo veas necesario. Date permiso para sentir y reorientar tu trabajo siempre que lo veas necesario.
Permítete explotar tu talento tomando tu carrera como el negocio que es. Que seas super talentoso no quita que necesites dar forma a ese talento en forma de algo vendible y comercial, por mucho que oigas que “te has vendido”
Simplemente sabes que formas parte de algo más grande: la industria del espectáculo. E intentar que tus servicios sean lo más rentables posibles no quitan que seas, también, el mejor actor o actriz del mundo. Tienes muy claro que para poder seguir mostrando ese arte necesitas primero poder vivir de ello. Y trabajar de tu arte puede sonar muy romántico, pero sin recompensa no se sostiene.
Así que cobra siempre por lo que haces, lo que consideres justo.
Permítete tener más que lo que necesitas, si así lo quieres. A menudo se tiene una imagen de los actores y actrices como unos muertos de hambre, pero es muy probable que tú no quieras ser así, y no tienes por qué serlo. No te avergüences si tienes éxito y ves que tus compañeros todavía siguen peleándose por conseguir sus objetivos.
Porque nos han enseñado que el éxito se alcanza solo a través del sufrimiento. Y, es verdad, muchas veces lleva mucho esfuerzo y sacrificio llegar a donde quieres llegar. Pero, ¿qué pasa si en algún momento no es así y consigues el papelón de tu vida de la noche a la mañana? Es muy probable que ese golpe de suerte en realidad sea fruto de todo lo que has ido cosechando hasta el momento, así que no te culpabilices y mucho menos te autosabotees, y date permiso para reconocerlo, pregonarlo a los cuatro vientos y disfrutarlo todo lo que necesites.
Un momento de reflexión…
Tómate un minuto, pon tu mano en el corazón, cierra los ojos y di:
- Me doy permiso para aceptar solo los trabajos que me vibran y me gustan.
- Me doy permiso para seguir siendo yo mismo, sin que nadie cambie mi esencia.
- Me doy permiso para triunfar sin miedo a envidias o al qué dirán
- Me doy permiso para fallar todas las veces que hagan falta.
- Me doy permiso para recibir lo que creo justo por mi trabajo.
- Me doy permiso para tener más de lo que necesito.
- Me doy permiso para transitar mis momentos de parón y desmotivación, así como para ilusionarme y dejarte llevar por mi sueño cuando parezca que nada tiene sentido.
- Me doy permiso para desarrollar los proyectos en los que creo, aun sin el apoyo o la comprensión de los demás.Me doy permiso para pedir ayuda o guía siempre que lo necesite.
- Me doy permiso para poner mis tiempos.
- Me doy permiso para soñar.
- Me doy permiso para decidir cómo vivir mi vocación.
El único permiso que necesitas es el tuyo.
A lo largo de tu trayectoria artística siempre aparecerán barreras, pero has de darte el permiso para saltarlas. Solo así lograrás disfrutar de tu carrera como tú quieres que sea.
¡Your career, your rules!
Si necesitas que alguien te ayude a dar forma a tu carrera artística teniendo muy en cuenta tu singularidad, tus preferencias y ese gran talento que tienes para ofrecer, en Premiere Actors será un honor ayudarte a crecer y a acercarte a todos tus objetivos. ¿Hablamos?