Decía el autor de esta novela que es más que probable que en el futuro leamos futuras entregas de las aventuras de Falcó. En esta presunta primera novela de una serie nos encontramos con un eje sobre el que gira una historia que no llega a conectar del todo con el lector.
Sabemos, y disfrutamos, de las virtudes de Pérez Reverte a la hora de ambientar sus novelas pero en esta ocasión parece haberse quedado bastante corto. El personaje principal es apenas un boceto, la trama es casi previsible y en muchas ocasiones parece que leamos un guión de una película en lugar de una novela. O bien, como se intenta transmitir en la portada, estamos ante una especie de regreso a esas novelas de espías que se cambiaban en el rastro. Si es un homenaje a esa forma de escribir aplaudimos la iniciativa.
Ahora bien, ese esquematismo, la simplicidad de la trama, el maniqueísmo de siempre y un trabajo casi de aliño bien puede ser el primer paso hacia una segunda novela que esperamos más complicada a todos los niveles y con una mayor profundidad psicológica en lo que se refiere a la descripción de los personajes. Con esa esperanza nos quedamos.