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Asesinos en serie, de Robert K. Ressler
Publicado el 29 noviembre 2009 por Smorenovalle(... y Tom Shachtman, al lado, con la letra más pequeña y sin negrita)
Hoy empiezo por la moraleja: Comerse un merengue siempre gusta. Coger otro, el segundo, desenroscarlo, cavar un hoyo en la clara con la punta de la lengua y comérselo desde dentro, también. Pero si te comes una bandeja entera es muy probable que te crezca un panal de abejas en el culo.
Robert K. Ressler, es verdad, ha tenido una biografía de novela negrísima. Casi increíble, del estilo: «Oye Robert, cuéntanos otra vez lo de...»...y Robert lo recuenta. El rollo es este: yo, que soy un poco más espabilado que mis colegas (los grandes nunca dicen amigos, o compañeros, siempre se refieren a ellos como colegas) del FBI, propongo ideas, que son buenas, me las aceptan y me monto una paraeta tan inusual como atrapar un arco iris en una red para cazar mariposas: Hay que estudiar la conducta de los criminales más repugnantes de la historia (oye risas al fondo).
Eso es lo mismo que dice el sociólogo Marilyn Manson en Bowling for Columbine: ¿y si en vez de opinar tanto escuchamos qué tienen que decir los criminales? De esa pregunta nace la Behaviour Science Unit, que viene a ser la Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI.
Asesinos en serie, no sé qué es: No hay trama, ni un guión viejo para una película con Gary Cooper. No hay apuntes, ni una teoría definitiva sobre el origen de la violencia en las personas. Pero tiene un glosario, como las luces de la matrícula de detrás, que ilumina muy poco, pero lo suficiente como para saber de qué va el libro. Aún así vale la pena porque Robert K. Ressler (asistido por el hombre cuyo nombre aparece al lado, de secundario, en el lomo y en la cubierta, Tom Shachtman, con la letra más pequeña y sin negrita) se ha sentado a medio cuerpo delante de Ted Bundy, Mark Chapman, Edmund Kemper, Charles Watson y su guía espiritual (el de Watson), Charles Manson...para hablar con ellos, con una hoja de papel y un boli.
Todos santos.