La carta de unos amigos desde España es un recordatorio cruel de que en cualquier parte se reprime cuando de enfrentarte al gobierno se trata. Uno de sus hijos fue detenido en una manifestación de la CNT y acusado de agredir a la policía. Aunque en esta época de teléfonos inteligentes existen pruebas documentales de que fue la policía quien agredió al joven mientras enarbolaba una pancarta, tiene que enfrentar un juicio donde podría ser castigado hasta con siete años de cárcel. Es tan flagrante la ilegalidad que Amnistía Internacional se ha interesado por el caso. No soy filósofa, ni politóloga, mis conocimientos sobre economía son precarios, tiempo atrás pensé que la cultura podría salvarnos, pero también eso es una ilusión. Es la justicia, esa que debe tener los ojos vendados y la balanza en el fiel, la que debe erigirse por encima de ideologías y gobiernos, y proteger a cualquier ciudadano.