Estos resultados, publicados en Journal of the American Dietetic Association, no quieren decir que las tácticas que usan los padres para que sus hijos coman hagan que los niños coman en exceso o se vuelvan demasiado selectivos con los alimentos.
De hecho, los autores opinan que es posible que los padres que presionan o restringen a sus hijos a la hora de comer suelen estar reaccionando a los hábitos alimentarios infantiles.
El equipo de la doctora Jane Wardle, del University College de Londres, encuestó a 213 madres de niños de entre 7 y 9 años que respondieron sobre la reacción de sus hijos a los alimentos (si comería demás si pudiera, por ejemplo) y cualquier signo de rechazo a la comida (comer lento o no terminar nunca el plato).
También respondieron sobre sus tácticas para que sus hijos coman.
El equipo halló una relación entre la presión materna para comer alimentos saludables y el nivel en los niños de problema con la comida.
La restricción alimentaria que imponía la madre estuvo asociada con el rechazo de su hijo a la comida. A mayor restricción, más posibilidad había de que las madres dijeran que sus hijos comerían de más si pudieran.
Estas asociaciones se mantuvieron independientemente del peso corporal de los niños.
Según los autores, varios estudios previos habían sugerido que los padres suelen estar respondiendo a los hábitos de sus hijos cuando les limitan la comida y los presionan para comer.
Por ejemplo, algunos estudios habían hallado que los hijos de padres que los presionan para comer más suelen ser delgados. Y eso, escribe el equipo, encaja con la idea de que a esos padres les suele preocupar que sus hijos tengan bajo peso.
En cambio, estudios sobre hermanos habían demostrado que las madres tienden a imponerles más restricciones alimentarias a los hijos con sobrepeso, lo que sugiere que muchas madres reaccionan ante el peso o los hábitos alimentarios de sus hijos.
"Ante cada vez más pruebas del origen genético de la conducta alimentaria en los niños, los resultados coinciden con la idea de que las prácticas alimentarias maternas son, en algún nivel, una respuesta a la predisposición alimentaria de sus hijos", escribió el equipo.
Pero esa relación también iría en el sentido inverso, lo que, según el equipo, demuestra la importancia de reconocer que los niños influirían y recibirían la influencia del manejo alimentario de sus padres.
Desde | Reuters Health
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