Revista Talentos
Nunca quisimos ser héroes. La consigna era sobrevivir, salir adelante. Ahora súbditos de un monarca irresponsable (sic. Constitución española) malvivimos en un reino que huele como Dinamarca. Como dice la canción quizá estamos "agotados de esperar el fin", que vuelen las máscaras de quienes siempre has estado arriba y volvamos a los tiempos de siervos y amos, tal ves sea esta la última revolución humana, agotados los recursos, las castas dominantes se retirarán a sus "castillos" mientras el resto de los mortales lucharemos por los restos del banquete. Los vemos pasar en sus lujos ajenos mientras rebuscamos en las migajas que nos hacen sentir que vivimos, que podemos, que somos. Se ríen a la cara mientras aprietan el torno que ahoga nuestro cuello. Aturdidos. mientras nos dividen en mansos y violentos. Consumidos en nuestros silencio por no entender que hicimos mal. Genocidas que dan lecciones de moral mientras giran sus anillos dorados y ocultan su podredumbre en inciensos que embriagan la mente de sus fieles. Castas de corruptos que cercenan la libertad de propios y ajenos. El miedo que te indica que te calles, que no hay solución, que así no vas a ningún lado, que te sometas y dejes eso de pensar para cuando tengas la vida solucionada. Aturdidos, callados, agotados, seguimos esperando que algo o alguien nos de la puntilla final.