Me encantan los audiolibros. Tengo una colección de unos cuantos de "superación personal", pero eso es otra cosa... Como que no los concibo como "libros". Me refiero, más bien, a libros que cuenten historias. No escucharía uno que quisiera leer, así que todo el que me parezca realmente importante queda descartado; pero me parece una opción genial para oír mientras estoy ocupada. Como mi atención está en otra cosa, a menudo debo regresar a un momento anterior de la grabación, por lo que extiendo la duración del audio: el papá de B se sorprendía de que pasara semanas oyendo el mismo fragmento. A mí me resultaba -me resulta- armonizador y armónico.
Silvia Parque