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El mundo está lleno de mamás preocupadas porque creen que sus hijos "no comen", a pesar de que esos hijos aumentan de talla y de peso. Yo que estaba muy contenta con lo que mi niña comía, me encuentro con que no ha de haber sido suficiente, porque este mes y medio no hubo el aumento esperado ni en milímetros ni en gramos.
Nos ocupamos del asunto, y ella parece comprender y participar en su recuperación; según yo, empezó a comer mejor casi de inmediato... Pero siguió adelgazando: en unos días, ha llegado a que se le noten las costillas.
Hace rato, durmiéndola, entre la teta y el bibe, pensé que podría llevarla a la congregación, mañana, para que oren por ella. Pero recordé que tengo autoridad: que puedo hacerlo yo misma, que mi palabra no regresa vacía.
Silvia Parque