Cada mañana una morena, que siempre se ha considerado demasiado alta, ante el espejo, pintándose la raya del ojo de color negro, se encuentra con otra morena frente a ella, al otro lado de aquella ventana mágica que hay colgada en el baño. La primera morena le presta a la otra la barra de brillo labial, para que se ponga guapa y empiece a encarar al nuevo día. Sin querer, entre cosméticos y planchas del pelo para el flequillo, empiezan a charlar y descubren que tienen gustos similares: por ejemplo, ambas aman el cine, les gustan los vestidos de verano ahora que llega el buen tiempo, sienten la necesidad bruta y volcánica de escribir un poco cada día, y se vuelven locas por (o sin) un café nada más despertarse. No coinciden, sin embargo, en su manera de ver la vida, donde todo es al contrario a uno y a otro lado del cristal. Izquierda es Derecha aquí, debaten, Izquierda es Izquierda y no hay más. Visto que no se van a poner de acuerdo, vuelven a hablar del café, que es algo mucho más agradable, de la cantidad de tiempo y sueños que les quedan por cumplir, y así, con un beso al aire a la del otro lado, cuando la segunda morena le devuelve la barra de brillo labial a la primera, se despiden sabiendo que, por su puesto, volverán a encontrarse.
Hoy ha salido el nº10 de EadB :)