¡Ave Google, los que van a glogear te saludan!

El día 1 de septiembre, en el períódico El País se publicaba una entrevista a Peter Fleischer que es el jefazo, digo el Director global de privacidad de Google.
Sí, el Jardín es un devorador de noticias compulsivas.... a mí se me pasarían los detalles, explico que el Jardín sabe leer entre líneas, mientras que yo, MariCari es que soy tan inocente que parezco que estoy todos los días con la piruleta en mi boquita como Caperucita roja, mientras que el Jardín es la Abuelita, que tiene mucha experiencia y vela por su nietecita... mirando de reojo al Lobo feroz, digo a Gmail.

Pero ambas formamos parte del mismo cuento, como el que narra el tal Sr. Fleischer, solo que parecía que era un cuento aún más inocente, como de 28 de diciembre, derramando confianza por nuestra privacidad, ya que y saco textual de la entrevista (así que entrecomillo)... "Tenemos dos principios: ser transparentes con todos los datos que guardamos, explicando qué hacemos, cómo y por qué, y dar al cliente la posibilidad de escoger".  
-¡Caperucita se queda más tranquila con esta gran explicación!, pero la Abuelita no, y me grita ... ¿Y a quién se lo explican? 
-Me entró el reconcome, pero le dí un chupetón a la piruleta y me consolé, pues mi mente pensó enseguida en la Agencia Europea de Protección de Datos, que viene a ser como el Leñador que salva a  Caperucita.
- Y la Abuelita soltó, pero si somos 27 países en Europa y cada uno con una piruleta distinta, cómo va a saber el Leñador cuándo está haciendo fechorías el Lobo feroz.
- Bueno, no será tan grave, porque cuáles son los datos de mi piruleta que tiene el Lobo, se me ocurrió preguntar a la Abuelita.
- Pues además de todos los que van por fuera de los correos, también los de dentro, vamos lo que le dices a la Abuelita de lo que te gusta, lo que sientes, lo que amas, lo que piensas, en una palabra tu Personalidad, cómo eres Caperucita roja.
- ¡Anda! Osea, a quién escribo, si le mando cosas y qué cosas le mando, con qué frecuencia, si le respondo o no, y me quieres decir que además ¿Lee lo que escribo?
- Si, pero tranquila que según el Sr. Fleischer lo leen robots, vamos programas encriptados para detectar palabras claves como por ejemplo... tú dices a tu amiga... ¡Necesito un fin de semana relajante fuera del alcance de cualquier lobo feroz!, y ¡Zas! En cuanto abras el Gmail te vas a encontrar con publicidad de fines de semana especiales en el hotel x, y dirás... ¡Vaya si es lo que estaba necesitando! ¡Caperucita qué suerte tienes!
-Aclaremos, entonces Abuelita, Google me sirve el Gmail gratis porque escanean el contenido de mi correo, digamos que con reconocedores de palabras que ellos llaman robots para que nos quedemos tranquilos de que no son personas, y entonces nos bombardean con publicidad de empresas que les pagan por ello.
- ¡Piruleta para Caperucita!
- Pero el buen Sr. Fleischer añadió que la respuesta a la palabra clave de nuestro correo es la publicidad pero que no les interesa ni quién somos ni dónde estamos.
- ¡Ay Caperucita que una ya tiene los ojos, las orejas y la boca muy grandes como tragarse ese cuento! Claro que les interesa saber dónde estamos, normalmente intentarán servir publicidad de empresas locales, si vives en Badajoz no te va a enviar al "restaurante del barrio Chino de Mangatthan" en New York con enlace justo a la situación -coordenadas y fotos- en su mapa (Google Maps -Google Earth-).
- Pero entonces qué es lo que le falta a Google para ser como "el ojo de Dios", porque sabe dónde vivo, con quién me relaciono, lo que busco en la red y sobre todo mi personalidad, mi yo íntimo y externo, solo le falta saber lo que pienso.
-Que le dejen volver a China, porque ahora actúa desde Hong Kong y, que todos los gobiernos le dejen instalar el Sistema de Reconocimiento de Imágenes (Googles) porque ahora mismo estamos en el cuento de Juanillo que viene el Lobo, ¿Lo conoces Caperucita?
- Sí pero es otro lobo ¿No?
- Sí es otro lobo,  y más peligroso porque atacará a todo el rebaño que vea, ya que funciona mostrándole una foto de alguien a Googles y te dice todos los datos que tenga de esa persona, dónde vive, etc., porque le reconoce sin necesidad de que quien muestre la foto le conozca e introduzca datos y palabras.
- Pero solo los datos que yo haya hecho público ¿No Abuelita?
- No Caperucita, en lugar de reconocer por palabras, reconocerá por imágenes, y si tú, mi bella Caperucita pasas con tu cestita por el barrio chino y te pilla la cámara, entrarás en otro cuento, porque el Googles le dirá a todo el que vea desde sus ordenadores esas imágenes (en tiempo real) quién eres, qué haces, a qué te dedicas... y las piruletas que te comes.
- ¡Es el ojo de Dios!
- No, Caperucita, es el Lobo Feroz de este cuento, pero en el mundo real es ¡El ojo del César!
P.D.: "¡Este Lobo tiene piel de cordero, pero todos los que tenemos relación con Google debemos tener acceso a las reglas del juego. Caperucita debe poder elegir siempre, porque cada vez los leñadores son menos rudos y el lobo cada vez es más feroz!"
P.D.2ª: "¡Sí del lobezno Blooger mejor no hablamos!"
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
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