Portugal tiene mucho de lo nuestro, o al revés, que también es verdad; en estas fechas recordé Aveiro, hace ya muchos años, cuando un buen amigo me envió esta fotografía de un canal, iluminado con luces navideñas. Aveiro, como Oporto, también tiene algo de colonial, mientras su plaza del pescado, nos traslada unas cuantas décadas más atrás. En el canal de san Jorge hay niebla que oculta la entrada a un pequeño figón donde se come bien y se bebe mejor, quitando el frío de la calle. Al fondo, el ruido de la autovía suena lejos y contrasta con el silencio del agua quieta del canal, mientras la bruma se extiende poco a poco entre las barcazas. Mañana no lloverá y eso hace más fácil el viaje de regreso.