Sería muy divertido, sino fuera tan triste.
Mijaíl Lermontov
El otro día pasaba con mi primo en auto cerquita del vertedero Estadio Monumental y veo con estupor que a la salida del metro pedrero de la línea 5, hay un letrero de intersección de calles que dice “Avenida Vicuña Mackenna – Avenida Eduardo Menichetti”.
Parece que da lo mismo que el personaje en cuestión haya dejado al inmundo club fundado en el “Quitapenas” con el puro taparrabo y con un par de plumas y a una respetable cantidad de hinchas lloriqueando como damiselas acongojadas por la quiebra del mismo, la señal que se está mandando desde el Concejo Municipal de Macul es esta:
“Involúcrate en un desfalco de platas descomunal con total tranquilidad, total, pasará piola e incluso nombraremos una calle en tu honor“
¿Que tal? Así cualquiera.
Enrique Santos Discépolo – “Cambalache” (en la versión de Julio Sosa)
PD: Supongo que ahora entenderán – entre otras consideraciones - porqué considero al colocolino estándar (y sobretodo al “fanático”) el eslabón perdido en la cadena evolutiva.