Cuando le conté a mi amiga, María Melo Machuca, que me iba a explorar la selva me regaló una brújula. Una semana después estoy más perdido que un sordo en un dictado pero de manera muy precisa.
Cuando le conté a mi amiga, María Melo Machuca, que me iba a explorar la selva me regaló una brújula. Una semana después estoy más perdido que un sordo en un dictado pero de manera muy precisa.