Revista Talentos

Aviso clasificado

Publicado el 01 mayo 2016 por Horacio Beascochea @ecosymatices

Aviso clasificado

Anotó otro, por las dudas. Más por esperanza que por alternativas reales. Se preguntó si tenía sentido seguir buscando. Con ganas de trabajar, decía el último. Eufemismo para explotación sin límites.

Los releyó. Descartó el por las dudas. Sobraban años y experiencia.

No se sorprendió ante la cantidad de los ofrecidos. Esta vez habían publicado el suyo.

Levantó la vista y sus ojos se cruzaron con la empleada del diario que intentó sonreír. Su mueca quedó trunca en algo parecido a la lástima y el miedo. Él devolvió el gesto y se apoyó en el mostrador, dando un paso al costado. A sus espaldas, una larga fila se agolpaba para ver los clasificados.

Salió a la calle en una ciudad que comenzaba a desperezarse. Hacía frío. Se abrochó la campera y trató de recordar cuál era la obra que había visto ayer. Recordaba el cartel de No hay vacantes, pero nunca se sabe. Además estaba de paso.

Lo importante era no quedarse quieto. No pensar demasiado, deambular por la ciudad para torcer un destino implacable. Todavía no iba a bajar los brazos, no les daría el gusto.

Llegó. Una cuadra de cola y varias caras donde reflejarse. Se reconocían en los gestos sombríos y en la certeza de estar afuera de todo. Algunas caras conocidas, las mismas arrugas. Se sorprendió de no encontrarse con el Tano, contador cincuentón que de un día para otro se quedó desocupado. Sinceramiento de la economía argumentaban.

Llenó la planilla que le dieron, con la seguridad de que la arrojarían al cesto ubicado bajo la mesa. Pasó por la panadería social y se llevó la bolsa de pan. Desandó las cuadras hasta el centro.

La reconoció enseguida. Estaba sentada en uno de los canteros de la plaza y miraba las palomas. Solo le faltaba el libro de Cortázar para que el recuerdo se pareciera a lo que veía. Seguía siendo hermosa. Se abrazaron. Los chicos en lo de Luisa, pensó.

-¿Nada? Ya va a salir algo. Mirá, muchos sueltos, como nosotros -dijo su compañera.

La bomba de estruendo sacudió la mañana. Todavía era temprano para la movilización


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