Los huesos hoy huelen a moho, y cuando tu sonrisa les vierte en pinceladas un halo de aquellas amapolas de Monet, sonroja la dulzura de aquel beso envuelto en entretelas.
Hay quien dice que sólo se recuerdan tres besos, el primero, el último, y aquel que no dimos.
Pero yo recuerdo el tuyo... que entre pasado, futuro y falacias, fue, el que en mis labios, mi saliva, ola de sal, tu mar en su eterna marea, en mi boca, irrepetible, atraca, y aflora.
Pese a las arrugas, y pese a esos hoyuelos en los que sueles descansar entre nuestra sonrisa y nuestras bocas.
Sé que he luchado como una leona (;)) que he intentado no rendirme (Nán) que aunque no me casaría nunca contigo, llevo un Ay de esos tan resalaos, clavao en el pecho desde París a Bilbao, que a Almonte le siguen saltando conejillos con cara de rebelde, y que todas las dedicatorias de los libros que me arropan, algunos vienen de una tinta que ha traspasado el cristal.
Sé que Cortázar me esperará más allá de aquella Rayuela, en nuestros tejaditos de París, donde sólo él y yo, sabemos que la nada existe.
P.S. Chicos y chicas, Ladies and Gentlemen, si no pasé por vuestras casas, es que no me llegó, no el tiempo, sino los huesos. Cuando entro, es un quiero y ya no puedo.
Mientras tanto imaginadme en cualquier estación, como en la del vídeo bailando y canturreando las primeras notas del solfeo, como las de aquel primer, abc...
No me voy, sólo es que por el momento, no llego.
Gracias a Maite Maeso por todos sus correos, por su cariño constante.
Por este vídeo, Mary Poppins, y Familia Trapp...
;)
No habrá día, mientras siga amaneciéndome que deje de leerte, de pensarte ni de quererte, y eso sin estar en ningún blog, pero sí de formar desde hace años parte de mi vida.
;)