Amaneció con el cielo oscuro. Estaba confundido. Ya eran las once de la mañana y el sol no se asomaba aún. Comencé a pensar sobre qué era lo que sucedía. Estaba asustado, pero los programas en la televisión eran comunes, aunque no veía mucha tele.
En mi casa el silencio era total. Como en la calle.
El sueño profundo de aquella noche me había hecho reflexionar con gran inquietud. Me coloqué las gafas y me acomodé en el sillón. Pensando y mirando el reloj de agujas. Tomé mi desayuno, había amanecido con hambre.
Recordaba cómo había pasado el día anterior. Cuando, por fin, vi su rostro y esos ojos encantadores. Le di un abrazo amistoso y un beso con amor en su mejía. Todo era maravilloso.
"Las doce del medio día"¡Por Dios! El cielo se oscurecía más. Y ya me estaba asustando.
Comencé a sudar lluvia salada y con mi mano me secaba. Prendí de nuevo la televisión que lo había apagado cuando tomaba mi desayuno. Cambiaba de canal a canal con rapidez. Nada coincidía.
Oí a mi esposa que bajaba. "Luis, santo cielo, ¿qué haces despierto?"Fruncí el seño, y no le contesté. Consulté el reloj y eran las doce y media del medio día. Y fue cuando recordé. Ese día dormí a las seis de la tarde, en el sillón.
Cambié de canal a noticias, fue cuando entendí que eran las doce y media de la media noche.
"La bebé está durmiendo" Hoy nació mi bebé.