Nos pasamos la vida intentando controlar nuestra vida, nuestro presente, el futuro, el trabajo, las próximas vacaciones, la jubilación…. Y hay tantos factores imprevisibles que a veces se nos olvida que en un solo segundo todo puede cambiar.
Este fin de semana pasó algo que me hizo recordar que hay demasiadas variables que no dependen de mí, y me produjo una sensación de inseguridad, de pequeñez, ante un cosmos impredecible y caprichoso.
¿Y si no nos hubiéramos dormido? ¿Y si esa visita inesperada no nos hubiera entretenido? ¿Y si hubieras dejado pasar a aquel coche en el cruce? Una sola variación en el espacio tiempo y todo habría sido distinto. Cinco minutos antes y nos lo habríamos cruzado antes de que hubiera empezado a perder el control del coche. Cinco minutos después y habría chocado contra otro coche.
O no.
Menos mal que ese día la suerte estaba de tu parte.