Aquí están los pobres dignísimos en
el invierno tirando a severo en donde la tos matrimonia su rancia
sinfonía con el ruido del frío. La radio da el serial con partes de hambre y hay un
alarde de hormigas en el sendero del aire. El crucifijo y el retrato en
óvalo gris del marido a veces crápula, pero siempre cumplidor, que murió
en el frente (en alguno tendría que ser) contemplan la franela otra vez
bellísima de la cópula de la mujer pobre y el ocasional vecino que ha
venido a resguardarse de Franco.
Estas historias nos la enseñó Rafael
Azcona, pero siempre puede uno tirar de árbol genealógico y consultar a
los próceres más antiguos sobre la veracidad del cuento. Hoy me he acordado del gran Azcona. El caos reinante le daría para cuatro o cinco historias buenas todavía.
Revista Literatura
Azcona
Publicado el 21 noviembre 2012 por Calvodemora
Aquí están los pobres dignísimos en
el invierno tirando a severo en donde la tos matrimonia su rancia
sinfonía con el ruido del frío. La radio da el serial con partes de hambre y hay un
alarde de hormigas en el sendero del aire. El crucifijo y el retrato en
óvalo gris del marido a veces crápula, pero siempre cumplidor, que murió
en el frente (en alguno tendría que ser) contemplan la franela otra vez
bellísima de la cópula de la mujer pobre y el ocasional vecino que ha
venido a resguardarse de Franco.
Estas historias nos la enseñó Rafael
Azcona, pero siempre puede uno tirar de árbol genealógico y consultar a
los próceres más antiguos sobre la veracidad del cuento. Hoy me he acordado del gran Azcona. El caos reinante le daría para cuatro o cinco historias buenas todavía.
