Azul

Demoras letargo profundo
oceánico y cósmico como el recuerdo,
parvas de ciudad madrugada,
y un hondo, hondo silencio.
A la hora que callas tus aceras
y se hace noche la paciencia,
una luz azul remeda la estrella,
de nebulosas tangueras
que se cuela sensual y etérea
entre la piel y las venas.
Azul noche habitada de poemas,
brillando con luz prestada
como aquella luna llena
cándida de amor y verbenas,
esperando que una brisa me diera
flores de aquel árbol que juntaba
en mis niñas primaveras,
donde soñaba a ser como ellas,
sentada en el umbral de la espera.
Azules olas de un ideal
que bailaba en las playas
de aquellas veredas.
Y era azul, también la sábana
que cobijaba mis penas,
cuando la alegría se escondía
y las esperanza era larga
de dolores y ausencias.
Sólo un cielo de praderas
cruzando a galope la calma
por el mar de nuestra esencia,
cuando se encuentra mi azul
con tu nostalgia, tu alma,
y un abrazo que pinta al óleo
el paisaje de tu presencia.