Revista Diario

Bailando salsa

Publicado el 23 noviembre 2010 por Kar
Los amigos pueden llegar a ser, verdaderamente, más peligrosos que muchos enemigos, especialmente aquellos que dan consejos. Consejos, dardos envenenados que se lanzan a discreción sin reparar en las consecuencias. Los peores son aquellos referidos a las relaciones para con el sexo opuesto... pavor! Yo una vez, no hace mucho, recibí un consejo envenenado de estos... me dijeron "apúntate a bailar salsa: está lleno de tías". Por suerte, todavía me queda dignidad, y rehusé la oferta sin cortesía alguna, que para algo era amigo y a los amigos, ya se sabe, hay confianza como para enviarlos a tomar pol culo. Creo que en alguna ocasión ya lo he comentado, odio la salsa, ese baile y esa música. La música "latina", así, en general. Salsa, bachata, merengue, vallenato, y permítanme incluir en el listado la rumba y el flamenquito. Salvaría la lambada, porque amigos, uno tiene esa edad en la que siendo un infante impresionable, la lambada llegó a las teles y radios de este país nuestro tan estupendo, y claro, cosas así, no se olvidan fácilmente. Pero en general, esas músicas importadas de América Latina, con esas secciones de viento y esos "mami afloja la cadera", me ponen violento como un Patrick Bateman cualquiera.Prejuicios, lo sé, los tengo todos.
Pero volviendo a mi amigo y a sus consejos, la realidad es que la curiosidad me picaba, y le preguntaba a mi amigo por las clases. "Hay un montón de tías buenas", me decía, y acto seguido abría su Facebook para mostrarme la cantidad de mujeres de buen ver que acudían a ese curso. Y pardiez, era cierto. Muchas mozas de buen ver (y mejor palpar). Sin embargo, la realidad es cruda, de una crudeza que pocos, para su suerte, pueden realmente notar. Las chicas que van a clases de salsa suelen ir a bailar, que es lo que buscan. Los tíos no,. Los hombres que van a clases de salsa, van a intentar follar. Ese es un axioma cierto y fácilmente demostrable. Mi amigo, por supuesto, no era una excepción. En general, un tipo se apunta a salsa porque lo ve como un filón de contactos con el sexo contrario, o bien porque su mujer le obliga. Pero queridos, hay otra verdad irrefutable, y es que una mujer no se dejará impresionar por un patán por más compañero de salsa que sea. Eso, claro, se podía aplicar a mi amigo, a sus clases de salsa, y a sus docenas de contactos de Facebook.
Bailando salsa
Salsa!!
En su "clase" incluso se organizaban salidas nocturnas a locales salseros para practicar todo lo aprendido, a las que mi amigo acudía, ufano, con devoción. ¿Resultado? Mucho baile y nada más. O como dirían en mi barrio, mucho lirili y poco lerele. Y alguna vez, cuando salimos a alguna discoteca, el chaval intenta marcarse algún paso de esos rídículos, y sí, alguna chavalita le hace gracia y le sigue. Luego, como viene, se va... con otro más guapo, más interesante, más molón, más rico... qué se yo. Se va y punto.
Moraleja... nada de salsa. Por su bien. Por su dignidad. Para ligar, mejor vayan a la puerta de un cole y hagan ver que esperan a su hijo pequeño... eso enternece mucho a las madres. Hablen de lo difícil que es cuidar solos del pequeño, pero, aisss, qué gratificante resulta. El problema es cuando esperan, esperan y el niño no sale nunca (básicamente porque no tienen ningún hijo) pero esa es una circunstancia que ya afrontarán a su debido tiempo. Y dejense de bailecitos ridículos, por dios.
Canciones:
Curtis Mayfield: "(Don't worry) If there's a hell below. We're all going to go"
Plastic Bertrand: "Ça plane pour moi"
Cinderella: "Shake me"

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