Bailar acompasados supone tarea difícil, ya que no siempre encontramos adecuado compañero de baile.
Si la fortuna te hace digno de ello, verás cómo tu YO florece y cobra sentido. Sales de TÍ para ser TÚ. Liberas silencio para escuchar.
Si te dejas llevar por el baile de sonidos, puedes adentrarte en la suave danza de unas manos que se entrelazan acortando distancias ... Melódicos susurros que acurrucan dejándote suspendido en el tiempo...
Que dos cuerpos se acoplen creando ritmo propio, es un camino al Edén.
Nada es comparable al roce de unos brazos que sujetan mientras solo deseas flotar.
No se teme caída por paso en falso, pues siempre habrá fuerza suficiente para sostenerte.
Rítmicos intercambios de pasión que se entregan sin espera.
¿Bailas?
Silvia AG