Revista Diario
Balada triste de un País
Publicado el 13 diciembre 2010 por SanchezCuando leemos un libro intentamos comprender porque los protagonistas actúan de la forma que lo hacen y así, poniéndonos en su lugar, entender por qué tomaron aquella y no otra decisión. El culpable de que nos identifiquemos con esos protagonistas, los odiemos o nos resulten indiferentes es el creador: el autor.
Sien embargo, eso es ficción. La realidad es otra. Me encuentro día a día con distintos protagonistas con los que no me identifico, ni entiendo ni quiero hacerlo, para que mentir.
Si uno ve el panorama político se pregunta por qué el gobierno no ha actuado con rapidez ante los problemas evidentes que afectan a todos; pero también por qué el aspirante —por desgracia es como en el futbol, va quedando claro que todo se lo juegan entre dos y el resto pinta poco— sigue en sus trece, día tras día, insultando, criticando y no aportando ideas ni soluciones.
Esto es increíble e indigno, a no ser para decir que son unas marionetas impresentables y no personas responsables que ambicionan estar al frente de un país y gobernarlo bien, claro.
Lo incalificable es que se comienza a actuar así en todos los ámbitos, no sólo en el de la política. Ahora estamos inmersos en el caso «Operación Galgo» donde vuelven a aparecer personajes cuestionables que ni entiendo ni lo pretendo, como el médico Eufemiano Fuentes y su compañerito de celda.
Perdone caballero, por llamarlo de alguna forma, si tiene algo que decir además de lo suyo, lo dice y ya está. Deje de intentar tirar la mierda de su lado hacia otro. Dedíquese a lo que tiene que hacer, demostrar su inocencia y si no es así, cargar con las consecuencias. A lo hecho, pecho.
Pero todo el mundo tranquilo porque todo esto sólo es obra del gobierno que, si bien ha tardado en actuar en cuestiones importantes como la crisis económica, sí ha estado hurgando planes y planes para abrir casos de corrupción, dopaje, etc. sin descanso. Todo porque en la oposición siguen ser capaces de decir que sí se está actuando en este tema con diligencia y que somos uno de los países donde más se controla y se vigila. No es por nada, pero no se les va a pudrir la lengua por reconocer lo bien hecho ni van a perder sus opciones para ganar en las próximas elecciones, más bien sería al contrario si demostraran lo que tienen que demostrar.
Y, de repente, a todo el mundo le llama la atención y le parece un acto heroico que alguien en acto de servicio sea responsable y un ser humano, recogiendo en sus brazos a un recién nacido y dándole su calor para que sobreviva.
¿Acaso alguien ha pensado que lo podría haber tirado al mar o dejarlo morir?