A poco tiempo de un nuevo Fin de Año, hago balance de lo bueno y lo malo y no puedo sino quedarme -está claro- con lo primero (en negrita); aunque haciendo gala de mi particular arte para molestar (ahora que tanto priva…), dejaré lo menos bueno como apostilla (a olvidar) de cada suceso vivido.
- Empezó 2012 con la publicación de mi segundo libro, “La Flor contada” (Ediciones Atlantis), evento muy esperado y celebrado por mí y quienes me aprecian. Me han faltado comentarios, apoyos, menciones y asistencias en distintos momentos importantes de la promoción del libro. Me han sobrado malas interpretaciones y numerosas excusas.
- He firmado ejemplares del recopilatorio de cuentos en la Feria del Libro de Sevilla, y eso creo que es motivo de orgullo en un momento de crisis total como el existente. Aquí se hicieron palpables y dolientes las ausencias antes comentadas. Exceptuando al público anónimo, sólo recibí la visita de cuatro amigos míos.
- Colaboré en una exposición homenaje a Gustavo Adolfo Bécquer, en la Fundación Valentín de Madariaga, con una carta de amor romántico, que fue expuesta en el patio de dicho museo de arte, todo un honor. Mi marido y su primo el escultor Manuel Téllez fueron mis únicos apoyos cercanos.
- He conocido a personas de gran valía personal y profesional, que sé positivamente me abrirán puertas y oportunidades en el próximo Año Nuevo, y quiero dejar constancia de mi total agradecimiento por la confianza otorgada. He dejado de conocer a gente a la que creía familia y amiga.
- En julio disfrutamos de nuestras últimas vacaciones en familia, dado que el tiempo -inexorable- hace que las futuras diversiones se vivan ya por separado: hijas por un lado, y padres por otro. En agosto soporté una enfermedad que pensé podía ser grave y que casi provoca una crisis absoluta, debido a mi impaciencia.
- En otoño me volví a concentrar en la escritura de mi tercer libro, una incursión a la ciencia-ficción, y conseguí llegar satisfecha a la página 157. En otoño también me diagnosticaron anemia ferropénica severa, de la que aún me trato y trataré.
- A finales de año han surgido proyectos nuevos de escritura tremendamente ilusionantes, que verán la luz durante el próximo 2013. Este diciembre aposté -por última vez- por la esperanza de un reencuentro que finalmente no se produjo. Lo que no puede ser, no puede ser y además, es imposible…
En resumen, un buen año cargado de trabajo poco remunerado y menos reconocido, que se prolongará durante el siguiente si todo transcurre como espero y deseo. Os agradezco vuestras lecturas y opiniones y confío tengáis el mejor y más propicio 2013.
Todos los besos.