En un principio Valentín aparece por la izquierda, el personaje, físicamente muy distinguido, aunque su vestuario revelan arrugas y manchas que hablan de su dejadez por lo estético, ojos enrojecidos, con profundas ojeras, y barba de varios días... En el bolsillo izquierdo de su chaqueta asoma un fajo de hojas manuscritas, en el bolsillo derecho una botella de coñac medio vacía, cruza el escenario con paso de procesión, en su mano derecha lleva un paraguas negro.
La propuesta escenográfica fue muy practica pero muy eficiente, se utilizaron grandes dibujos del mismo personaje en forma de viñetas.
Otro de los puntos fuertes de la función fue que la música en directo, y al mismo tiempo destaco, que dicho músico solo utilizaba elementos de percusión, aunque el este estaba situado fuera de la trama, se me ocurrió como propuesta de dirección que dicho músico en algunos momentos puntuales interactuara con el personaje central.
Esta función, en un principio, y según el mismo autor Horacio Ruiz de la Fuente estaba escrita en tono de drama, pero en este caso tanto José como yo la convertimos en una tragicomedia, que dicha tragicomedia, por otra parte, se convirtió en todo un éxito.
He de recordar en estas páginas a uno de los actores con mayor talento que me haya encontrado en mi vida, y destaco de el su versatilidad interpretativa, su gran capacidad de memoria emocional, y su entrega al proceso de trabajo, sin el todo esto no podía ser posible, GRACIAS Jose GRACIAS.
Tolom, tolom, tolom, ! pero suenan las campanas ¡, y a la hora punta de la madrugada...
Te podría contar más, pero para ello hubiera sido mejor, que la hubieras visto.