Banqueros ladrones: Usureros trajeados

Sé que escribir "banqueros ladrones" es una redundancia, pero no entiendo el significado de una palabra sin la otra. Es como decir "políticos corruptos" o "Zapatero tonto". El asco que me producen estos usureros trajeados es sólo comparable a las náuseas ocasionadas por las clases bastardas que nos gobiernan.
Estos dos colectivos de repugnantes malnacidos suelen ir, para más oprobio, juntitos y de la mano. Tienen en común su capacidad innata para aprovechar las desgracias del más débil en su propio beneficio. Son escoria.
El mamarracho anteriormente conocido como ZP, y su adlátere, la sanguijuela calva (Rubalcaba), proclamaron en su día que España gozaba del sistema financiero más sólido y fiable del mundo. Menos mal. Viendo los últimos acontecimientos es obvio que lo único sólido que teníamos eran sus inmensas jetas, pétreas y babosas a la vez. Vaticinaron, en un alarde de clarividencia propio de la pitonisa Lola, que casos como "el corralito" argentino o el hundimiento de varios gigantes financieros norteamericanos, nunca podría suceder aquí. Esto se produjo justo antes de "inyectar" dinero público a espuertas a estos estafadores. Si les hubiesen inyectado cicuta "en vena", el resultado hubiera sido mejor y más barato para todos.
Sin ánimo de ofender a las "honradas trabajadoras del negocio del sexo", insinuando que esta partida de hienas pudieran ser sus vástagos, sólo diré que estos hijos de la grandísima puta se están cachondeando de nosotros a la cara. Primero pidieron (mejor dicho, exigieron) dinero a fondo perdido ya que, decían, carecían de liquidez. Según ellos, esta liquidez era necesaria para poder conceder más préstamos y reactivar la economía. ¡Ja!
Y va el idiota de nuestro ex presidente y se lo da. No olvidemos que ciertas entidades bancarias, entre ellas "La Caixa" (esos que te cobran hasta por los sellos que utilizan cuando te envían su publicidad) condonaron deudas multimillonarias al Partido Socialista y, ya se sabe, hoy por ti y mañana por mí. Entre ladrones no se roban las gallinas.

El caso es que ni un mísero céntimo de este dinero, que era de todos los españoles, llegó al "pueblo". Bueno, sí. Supongo que llegaría al pueblo donde tiene su chalet algún chorizo de estos. Mientras, los banqueros, a lo suyo: embargando propiedades, dejando a gente en la calle por no poder pagar sus hipotecas (con intereses de auténtica usura) y, encima, manteniendo activas gran parte de las deudas de sus clientes, ya que con la venta de las propiedades (sobrevaloradas por ellos mismos en su momento) no daba para cancelar el débito.
Ahora, que por fin hemos conseguido librarnos del gilipollas de la rosa y, sobre todo, del capullo... llega un señor con barbas (un tal Rajoy) que parece seguir las mismas directrices del anterior. Un señor con barbas que no ha dicho una sola verdad desde que llegó al poder. Un señor con barbas que, como buen gallego, si le ves en una escalera no sabes si está subiendo o bajando. Un incompetente y un bulto sospechoso pero, eso sí, con barbas. Ahí radica la principal diferencia con su antecesor, aparte de no parecerse a Mr. Bean (al menos físicamente).
Comprendo que le han dejado el país hecho un erial, como parece ya ser ya tradición en los gobiernos socialistas. Por donde pasan, no vuelve a crecer la hierba. Puedo comprender también que se tenga que bajar los pantalones ante la canciller (o , como diría nuestra siempre recordada ex ministra de igualdad, "cancillera") Ángela Merkel y hacer recortes. Pero, por favor, que no "recorte" siempre a los mismos.
Los banqueros, esos buitres carroñeros, esos cabrones con "pedigrí", han vuelto a exigir más fondos monetarios. Desconozco la excusa que han dado ahora, pero supongo que será para no ver menguados sus cuantiosos beneficios. Beneficios, eso sí, que siguen sin verse reflejados en la liquidez de estas entidades. Un nuevo "corralito", pero esta vez "a la española" (que aquí estas cosas las hacemos a lo grande) se está empezando a fraguar.
El tipo ese de las barbas (el que ahora nos gobierna) se hartó de prometer que no iba a dar más dinero para el sostenimiento de estas cuevas de ladrones. Eso hasta que, el otro día, le oí comentar en una entrevista que no era su intención hacerlo, pero que si era necesario, no dudaría en aportar más dinero a la banca. ¿En qué quedamos? Si el barbudo me admite una sugerencia le diría eso de: "¡No con mi dinero!".
Los bancos, a día de hoy, sólo prestan dinero a quien ya lo tiene. Pero si voy yo, que no tengo, no me dan (bueno, darme me darían, pero por detrás...). ¿Y qué pasa en esta situación? Pues, lógicamente, que el que ya dispone de capital, pide más para aprovecharse de la crisis y especular con él; y el que no lo tiene, el que realmente lo pide porque lo necesita, no recibe ni los buenos días.
Entonces, ¿por qué coño tengo yo que "donar" parte de mis impuestos para que se beneficien los cuatro sinvergüenzas de siempre?
Así que, señores políticos, señores banqueros y "joputas" varios: Como diría el gran Fernando Fernán Gómez, "váyanse ustedes a la mierda... ¡a la mierda...!"